Se fue un imprescindible, se fue un buen tipo
CARTA DE LECTORES – LA MUERTE DE GUILLERMO «QUITO» MARIANI
Por Adrián Vitali, exsacerdote
Una noche cuidé a “Quito” cuando estaba internado. Sentado al frente de su cama, en una silla de plástico, le pregunté cómo se sentía en la vejez.
Me respondió que la vejez era reencontrarse con la libertad, porque podés decir todo lo que pensás y no te importa nada. SIGUE ABAJO
Cuando asesinaron a Monseñor Angelelli en Chamical, La Rioja, El Quito, en el velorio, delante de los obispos, del nuncio y de sus asesinos, contradijo el discurso de la Conferencia Episcopal y de la dictadura que sostenían que Angelelli había muerto en un accidente automovilístico. SIGUE ABAJO
El Quito les dijo que había sido un asesinato no un accidente y se volvió solo a Córdoba.
Cuando escribió el libro “Sin Tapujos” la iglesia lo censuró por vivir un sacerdocio demasiado humano y le inició un proceso canónico en Roma. SIGUE ABAJO
Hace poco regaló su biblioteca fraccionada en libros. Regaló o único propio que le quedaba.
Hoy se fue, pero no tanto, porque el Quito sigue resistiendo con su testimonio en todos aquellos que creemos que un mundo mejor es posible.
Vivió sin importarle lo que decía, pero comprometido con todos.
Se fue un imprescindible, se fue un buen tipo.