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República de morondanga: aplaudiendo insultos a la República

OPINIÓN – POR RODOLFO LEMOS ANGULO, ABOGADO

RODOLFO LEMOS ANGULO

Un signo, un indicio del deterioro de una república democrática es la ceguera de las mayorías a los signos e indicios de deterioro de la república democrática. Nubarrones oscuros suelen preanunciar una tormenta. Como la república democrática es sostenida por las mayorías, la ceguera de las mayorías hacia los signos de deterioro del sistema republicano y democrático, suelen ser preanuncio de una dictadura. De la pérdida de la república.


Si la líder indiscutible de amplias mayorías, dos veces Presidente por el voto popular y sin fraude, se refiere como “república de morondanga” a nuestro sistema (cuando la oposición gobierna), contraponiendo esa “falsa república” a un “gobierno para todo el pueblo”, no es un buen indicio.
Si el Presidente de la Nación avala los gritos con imposiciones ideológicas de una docente al frente de un aula, no es un buen indicio. No hay debate real porque la relación alumno – docente es asimétrica.
El silencio ante violaciones a los derechos humanos de gobiernos afines ideológicamente, muestra que estamos ante un escenario en el que las convicciones (como defender los derechos humanos) han sido dejadas de lado, para ser reemplazadas por la mera lucha por el poder. Si sólo se lucha por el poder, el respeto a los derechos humanos se vuelve secundario.
La lucha desnuda por el poder político es un escenario terrible, porque las convicciones ideológicas y los frenos éticos son reemplazados por la táctica y la estrategia que esgrime un grupo de personas para obtener, conservar y aumentar su poder sobre un territorio. Cuando entramos en este territorio oscuro, rige la ley de la selva, que es la ley del más fuerte. Ya nos pasó antes. Si el último objetivo que se procura es la realización de reformas sociales y nada más importa, la metodología republicana de gobierno obstaculiza, dificulta o enlentece la obtención de esos objetivos, y la república es un obstáculo que debe removerse. Es una forma de razonar muy peligrosa para la república. Si el gobernante tiene la convicción íntima de que la prensa libre engaña al pueblo, hay dos presupuestos igualmente peligrosos: 1) el pueblo puede ser engañado porque es como un niño; 2) la prensa libre es un peligro para el logro de la revolución social.
Si considero que el pueblo es como un niño pequeño que puede ser engañado por la prédica mentirosa y pertinaz de los grandes medios de comunicación, pagados por el oro de los explotadores, cuando los votos no me favorezcan, quedo a un paso de negar un veredicto contrario de las urnas, emitido por un pueblo niño que fue engañado por los grandes medios y votó en contra de sus propios intereses.
Así ocurrió, dicen, en 1989, 1995, 1999 y muy especialmente, en 2015. Porque si cada año del gobierno para el pueblo, la felicidad de ese pueblo aumentó visiblemente, es inexplicable que luego de 12 años de aumentos de felicidad, el pueblo vote en contra en 2015. La existencia de ese maldito 2015 hace caer todo el relato. No puede alegarse fraude, porque el propio gobierno de la felicidad del pueblo fue quien controló esas elecciones. Sólo queda pensar que el pueblo fue engañado. Y afirmar que los intereses del pueblo son mejor conocidos por la elite dirigente iluminada y mesiánica.
Desde la derecha, también el tirano Videla razonaba así. Es la pretensión de un gobierno para el pueblo pero sin el pueblo, que puede ser engañado por la prensa libre y votar en contra de sus propios intereses. En esta forma de razonar, para que el pueblo deje de ser niño, aparecen justificados los mecanismos de adoctrinamiento ideológico en las escuelas primarias y secundarias, y tiene lógica limitar a la prensa libre. Razonar así es iniciar un proceso muy peligroso para la república democrática. Lo contrario a la república democrática no es el “gobierno para el pueblo”: es la tiranía, sea de derecha o de izquierda.
Rodolfo Lemos Angulo

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