Grupos de danza de Río Tercero se declararon en estado de emergencia

Opinión – Por Agustina Chiarella, responsable del espacio de danza Cinestesia

Somos muchos los establecimientos de danza en nuestra ciudad. Alrededor de nuestros espacios sucede no solo la educación artística, sino también la participación escénica y todo lo que ella requiere (trabajadorxs del sonido y la iluminación, hacedores de vestuarios, etc.).
A lo largo de todo el año hemos estado expuestos laboralmente, quedando en situación de total vulnerabilidad.
Durante los meses de aislamiento obligatorio hemos intentado adaptar nuestro trabajo a la virtualidad, siendo un esfuerzo insuficiente, ya que no solo es costoso contar con las herramientas necesarias -de ambas partes- sino que también son acotadas para las necesidades específicas de la danza.

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La conclusión es que estuvimos muchos meses sin trabajar, meses en los cuales hemos tenido que continuar con el pago de alquileres e impuestos. Este tiempo, no solo ha sido de estancamiento económico, sino de pérdida y empobrecimiento de nuestros bolsillos.
Sostenemos nuestro compromiso con la salud pública y creemos que somos agentes promotores de salud. Hemos permanecido puertas cerradas todo el tiempo que así se lo requirió, hemos sido meticulosxs en la implementación de los protocolos, tenemos la certeza de que ningún contagio se produjo en los centros de educación de la danza.

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Nuestro compromiso sigue firme, pero necesitamos que se nos tenga en cuenta en el diseño de políticas públicas que reconozcan la importancia del circuito económico que conformamos.
Los establecimientos de danza de nuestra ciudad necesitamos que la ciudad entera conozca nuestra preocupante situación. Seguiremos unidxs en el camino a una ley federal que nos contemple, pero también obrando en nuestro territorio. Para que la danza no quede relegada a la incertidumbre y encontrar la manera de poder sostener nuestras fuentes de trabajo.