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En 1946 fallecía en Alta Gracia el músico español Manuel de Falla

EFEMÉRIDE – POR JORGE ALACEVICH

El 14 de noviembre de 1946 fallecía Manuel de Falla en la ciudad de Alta Gracia, a los 69 años. Fue un célebre compositor y músico español, autor de “El amor brujo”, entre otras obras de excelencia.
Llegó a la Argentina en 1941 y se radicó en Villa Carlos Paz. En marzo de 1942 se mudó a Alta Gracia, donde vivió hasta su muerte en el chalet Los Espinillos, hoy convertido en museo. Había nacido en Cádiz (España) el 23 de noviembre de 1876.
Perteneció a una acomodada familia de comerciantes gaditanos y recibió formación musical desde su infancia, tanto piano como solfeo. Continuó sus estudios con varios profesores y, gracias a las amistades familiares, entró en los círculos culturales de la ciudad, particularmente en casa de Salvador Viniegra. Allí, conoció las obras de importantes compositores.
Su primera interpretación pública fue con su madre en el recital para piano de Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz de Joseph Haydn. Posteriormente, se trasladó a Madrid, donde continuó su formación en piano con José Tragó y compuso obras para piano y música de cámara. Conoció a Felipe Pedrell, quien fue una notable influencia en su posterior carrera y despertó su interés por el flamenco y el cante jondo.
Más tarde, se marchó a París, donde entabló amistad con diversos miembros de la sociedad cultural de la ciudad, como Paul Dukas, Isaac Albéniz, Claude Debussy, Ricardo Viñes (que lo introdujo en Los Apaches), Maurice Ravel, Ígor Stravinski o Joaquín Nin.
A su regreso a Madrid en 1914, se estrechó su relación con el matrimonio formado por María Lejárraga y Gregorio Martínez Sierra y colaboraron en algunas de sus obras.
Tuvo una destacada presencia en la vida cultural y política de la ciudad y creció su popularidad, y trabajó con Serguéi Diáguilev y sus Ballets Rusos.
En 1919 se marchó a Granada, donde entabló relación con Antonio de Luna García, Federico García Lorca, Miguel Cerón, Fernando de los Ríos, Hermenegildo Lanz y Manuel Ángeles Ortiz, entre otros, y pudo conocer con mayor profundidad el flamenco y el cante jondo. En 1939 y finalizada en España la Guerra civil, se trasladó a Argentina, donde vivió hasta su fallecimiento en 1946.
Falla aunó el nacionalismo musical con cierta influencia del noruego Edvard Grieg, con el impresionismo, que conoció durante su estancia en Francia.
Su estilo fue evolucionando desde el nacionalismo folclorista de sus primeras composiciones, hasta un nacionalismo que buscaba su inspiración en la tradición musical del Siglo de Oro español y del que dan muestra la ópera para marionetas El retablo de Maese Pedro, una de sus obras más alabadas, y el Concierto para clave y cinco instrumentos.
La mayoría de las obras maduras de Falla se estrenaron en la década de 1920, desde París hasta Nueva York, y, a finales de la década, posiblemente había alcanzado la cima de su fama. Si bien sus obras continúan siendo populares, el interés de los académicos por el compositor y su música ha variado, dependiendo de factores como la moda musical, las perspectivas culturales de los escritores, las conmemoraciones públicas e incluso las circunstancias políticas.

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