Democracia republicana
OPINIÓN – POR RODOLFO LEMOS ANGULO
La democracia republicana (o la república democrática) es un sistema. Sólo es un sistema. No es proclive al socialismo o al liberalismo, a la derecha o a la izquierda. Sí garantiza el recambio de autoridades, de modo pacífico. Sí permite que todos podamos vivir nuestras biografías privadas, junto a las personas que elijamos, sí garantiza que podamos elegir el lugar en el que queremos vivir y la actividad en la que queremos ocupar nuestra vida.
Es un sistema que garantiza las elecciones libres de cada ser humano que tiene la edad suficiente y la capacidad como para poder elegir los colores con los que quiere pintar su vida. Es un sistema muy preciso y delicado, que requiere estudio para su comprensión, y necesita un mínimo de buena voluntad de todos los actores sociales, para su adecuado mantenimiento. SIGUE ABAJO
Es un sistema frágil. O mejor dicho, por comparación, podemos decir que es un sistema mucho más frágil que una tiranía. Las tiranías (por su desgraciada simplicidad) son mucho más difíciles de averiar que una democracia republicana, así como una simple cuchara es más difícil de estropear que un complejo mecanismo de relojería.
La mayor solidez de una democracia republicana es obtenida cuando un alto porcentaje de sus usuarios avala y ama el sistema. En el sentido contrario, es obvio que cuando la frustración de muchos va en aumento, la tentación del atajo autoritario o del caos, es mayor.
El estudio con honestidad intelectual es el remedio y la manera de conducir a ciudadanos con preferencias autoritarias, anarquistas o populistas, al amor sincero a la república democrática. SIGUE ABAJO
El sistema republicano y democrático se parece a tener las bolsas de cemento, arena, cal, ladrillos y demás herramientas para construir mi casa. Pero si yo elijo pasar mi día sin trabajar en eso, mi casa no se construye sola. La tiranía o la anarquía se parecen a tener toda la voluntad lista para construir mi casa, pero no contar con el cemento y los ladrillos. La república democrática sólo es la herramienta: me garantiza que si yo pongo todo mi esfuerzo y voluntad, la casa se va levantando. SIGUE ABAJO
En este mes de mayo, es una buena idea recordar a los hombres que el 1ro. de mayo de 1853 nos dieron nuestra Constitución Nacional. Ese sistema permitió convertir con esfuerzo, un desierto ensangrentado por casi medio siglo de guerras civiles, desierto que sólo dejaba crecer ramas de discordia y frutos de rencor, en uno de los diez países más ricos del planeta, granero del mundo, destino de paz soñado para cientos de miles de inmigrantes. Si hay honestidad intelectual, nada mejor que el estudio sincero para convertir a un autoritario confundido, en un demócrata. Por el contrario, el olvido y la falta de estudio dificultan la comprensión y uso cuidadoso de los delicados mecanismos del sistema de la república democrática, enfrían el respaldo de las mayorías democráticas, y nos hacen frágiles (en momentos de frustración), al embate de dos enemigos: el caos y el despotismo. En estos temas, el estudio y la honestidad intelectual son la mejor vacuna para fortalecer el sistema democrático.
Rodolfo Lemos Angulo