Violencia vicaria o femicidio vinculado: un término trágico
ACTUALIDAD JURÍDICA – POR MARÍA PAULA ALBORNOZ, ABOGADA. MP 10-512
Como si ya no fuera lo suficientemente insoportable tener que ir recibiendo noticias de asesinatos de mujeres por parte de sus parejas, este año el horror ha dado otra vuelta de tuerca con casos como el asesinato de un niño de dos años a manos de su padre, en un hotel de Barcelona. SIGUE ABAJO
Hechos como los últimos ocurridos en estos meses han puesto en discusión este tipo de violencia y los mecanismos con los cuales opera.
Recordemos solo los tres últimos casos que conmovieron: el del padre que mató a sus dos hijos de 3 y 11 años en San Bernardo (Chile), así como la desaparición de “Anna y Olivia” en Tenerife (España), donde la mayor fue hallada atada a un ancla de una embarcación y el del argentino que residía en España que mató a su hijo de 2 años y 9 meses, días después de separarse con la madre del pequeño y a la cual le envió un mensaje que decía “en el hotel te dejo lo que te mereces”, lugar donde fue encontrado en una habitación el cuerpo sin vida del niño. SIGUE ABAJO
No se trata de hechos aislados. La tragedia de estos últimos casos pone sobre la mesa una forma de violencia machista invisibilizada y silenciosa que suele ganar espacio en la agenda mediática únicamente cuando el desenlace es el peor de todos. SIGUE ABAJO
Se trata de una violencia contra la mujer, una violencia machista, que utiliza a sus hijos como objeto para seguir maltratando a la mujer. Sonia Vaccaro, sintetiza en una frase que da escalofríos, la personalidad de los agresores: “Te voy a dar donde más te duele”. SIGUE ABAJO
Sonia es perito forense y psicóloga clínica, especialista en victimología y violencia contra las mujeres. Es argentina, pero vive en España desde hace años y fue quien acuñó el término “violencia vicaria” en 2012; tomó el término vicario como adjetivo: ‘que cumple las funciones de otra persona o lo sustituye’. SIGUE ABAJO
En Argentina hubo 11 asesinatos de este tipo en 2020; son terribles muertes, muchas veces anunciadas, ante la impotencia de no encontrar el camino para que las leyes sancionadas brinden una protección real y efectiva a quienes alertan sobre las situaciones de graves riesgos que atraviesan ellas y sus hijos. SIGUE ABAJO
Estas tragedias obligan a los Estados a asumir plenamente la responsabilidad de detectar las falencias institucionales que impiden la aplicación integral de las leyes protectoras. Ese es, a mi entender, el primer paso para transitar ese camino que permita prevenir semejante nivel de violencia.
María Paula Albornoz
Abogada M.P 10-512
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Eloy Fuentes 27 – Río III