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Vecinos no pueden creer que nada se pueda hacer para que dejen de orinar en sus jardines y veredas

Foto: imagen de una reunión de hace exactamente dos años, cuando vecinos de Villa Zoila se quejaron ante la Municipalidad y la Policía por las reuniones de jóvenes que no dejan tranquilo a ese sector

Vecinos de un sector de la ciudad se comunicaron durante el fin de semana con Diario Río Tercero para contar, una vez más, el problema que siguen teniendo con jóvenes que usan sus jardines, veredas y hasta las puertas de sus viviendas como baños públicos.


Ese es el costado asqueroso de otros padecimientos, como escapes libres de motos, autos que pasan con la música a todo volumen y, a veces, a elevada velocidad, todo durante gran parte de la madrugada. Hace cinco años que están con ese problema y si bien hubo períodos de calmas, fueron muy breves.


Esto ocurre en los alrededores de la Plaza Esperanza, en barrio Villa Zoila, en el extremo sur de la Avenida San Martín, durante los fines de semana. Desde el jueves en adelante, el descontrol va en crecimiento.


«Llamamos a Defensa Civil y nos dicen que es un tema que lo debe resolver la policía. La policía nos dice que están ocupados y que ya van a venir». Así contó un vecino de ese sector cómo le fue este finde de semana buscando una solución a su drama, en una zona que parece liberada a que se haga lo que cada uno quiera, sin que nada interese las molestias que causan al vecindario.


«Hasta las cuatro de la mañana todo fue un desastre total. Defensa Civil pasó, la policía pasó, Tránsito pasó, pero pasan nomás», describieron.
Hace exactamente dos años, el 4 de noviembre de 2022, un grupo de vecinos se reunió en esa misma plaza con funcionarios municipales y de la policía provincial quienes se comprometieron a encontrar una solución. Hasta ahora no llegó.


Los vecinos no pueden entender que sea tan difícil decirle a los jóvenes que no pueden beber en la vía pública, algo que está prohibido. Tampoco que no puedan secuestrar autos que a cualquier hora de la madrugada están con parlantes poniendo música a todo volumen en las ventanas de sus dormitorios.
El ruido que se genera en esa plaza se siente en varias cuadras a la redonda. Incluso, vecinos de barrio Castagnino, del otro lado de calle Esperanza, también se quejan.


«El viernes a la noche circulaba el móvil de Tránsito de la Municipalidad y detrás un auto con la música a todo volumen y nada le dijeron», comentó con molestia una vecina.
Este fin de semana el grupo de whatsapp de los vecinos de esa zona ardió. Todos se quejaron. A este Diario le enviaron un tramo del largo chat de quejas.

«Hay más de 100 personas en este momento. Esto no es un boliche. Los vecinos tenemos derecho a descansar», decía un vecino en la madrugada del domingo.
Desde hace un tiempo se conoce que los chicos no disponen de dinero para pagar una entrada al boliche y menos para comprar un trago en su interior.
Eso hace que algunos lugares públicos se conviertan en puntos de reunión para los jóvenes, una salida más económica.
Los que pagan la diferencia son los vecinos de esa zona que soportan todo tipo de acciones que claramente no están permitidas.
«Tendremos que dejar de pagar nuestros impuestos y hacer una manifestación para que alguien tome cartas en el asunto», protestaron también en el grupo de Whatsapp.

One thought on “Vecinos no pueden creer que nada se pueda hacer para que dejen de orinar en sus jardines y veredas

  • Victor Hugo farias

    Rodeen la plaza con reja todo el fin de semana que no entre nadie y listo

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