Roe vs. Wade

RODOLFO LEMOS

OPINIÓN – POR RODOLFO LEMOS

Buena noticia. Si nada menos que Roe vs. Wade fue anulado, la inicua ley 27.610 que autoriza el aborto en Argentina, puede ser derogada.
Derogada como cualquier otra ley que mata, que ensucia los códigos legales, que nos quita la fe en el derecho. Porque el gran tema es que la “bolsa de células” es en realidad un ser humano, con tantos derechos como tenés vos, lector, que estás leyendo esto hoy porque no te trataron como mera “bolsa de células” cuando no podías defenderte. Y el pluralismo en la convivencia social llega hasta el punto de que cada adulto (sólo o con otros adultos) viva su sexualidad con libertad y como mejor le parezca, pero su libertad no puede afectar otra vida humana, quitándole la vida. SIGUE ABAJO

Más allá de los detalles técnicos de este fallo de la Corte Suprema de los Estados Unidos, podemos decir que al menos una docena de estados en USA, podrán señalar que el aborto en sus territorios está prohibido. Pero no olvidemos que la historia humana nos enseña acerca de la terrible pulsión humana hacia el error. El error de mayorías que “no saben lo que hacen”. Y en minorías, la fría maldad a sabiendas, de quien gana dinero con la desesperación de una mujer y la muerte de un niño. SIGUE ABAJO

Ya en el pasado, algunos hombres decidieron que los seres humanos con piel negra eran sólo una bolsa de células, un animal de tiro apto para el trabajo forzado. No hace demasiado tiempo que los nazis trataban como una bolsa de células o ratas a cualquier ser humano que tuviese el destino de nacer judío en Alemania. Algunos criminales disfrazados de militares argentinos no hace tantos años decidieron que ciertos seres humanos no eran más que una bolsa de células o un cáncer a extirpar. SIGUE ABAJO

Algunos asesinos disfrazados de militantes de izquierda en Argentina, decidieron que un grupo de policías no era más que un grupo de células que puede ser destruido con bombas que detonan mientras las bolsas de células están almorzando tranquilamente. SIGUE ABAJO

La argumentación de la “ampliación de derechos” no puede ser más precaria y patética: hasta un novato de las ciencias jurídicas sabe que cada derecho que tengo termina donde empieza el derecho del otro, y por lo tanto la “ampliación de derechos” de uno es un eufemismo que indica la “disminución de derechos” de otro, que debe ser evaluada en detalle. SIGUE ABAJO

Porque el semáforo en verde que amplía mis derechos, tiene como contracara un semáforo en rojo para otro, que ab initio tiene el mismo derecho a andar en su auto que tengo yo. Porque los juristas saben que el arte legislativo se trata de volver compatibles los derechos de todos.
Con una malicia menos sofisticada, los esclavistas nunca plantearon el disparate de una solicitud de “ampliación de sus derechos” para poder azotar sin piedad a sus propiedades humanas. Los nazis jamás llegaron a discutir la “ampliación de derechos” para todo ario que desea golpear hasta la muerte a un niño judío.

Como la falacia de la “ampliación de derechos” no pasa el “balancing test” que obliga a una fina, artesanal tarea de compatibilizar derechos de unos y otros, simplemente se dice que “eso” es una “bolsa de células”. En el colmo de la decadencia argumentativa, se atrincheran en que “yo tengo derecho a percibirlo, si quiero, como una bolsa de células”. Una bolsa de células tan propia del cuerpo y de los derechos ampliados de toda mujer, que parece que los pro vida (percibidos como inquisidores opresores autoritarios), invadieran tiránicamente el derecho de toda mujer a decidir cuándo y cómo limarse las uñas. La forma en que una persona se autopercibe puede afectarla a sí misma y a su propia vida.

El problema de la percepción libre se vuelve una locura peligrosa cuando una persona reclama su derecho a “percibir” a otra persona como rata, animal de tiro, cáncer o bolsa de células y reivindica su derecho de matarlo. Y esta insensata locura peligrosa ya ocurrió varias veces. Pero la realidad es la realidad: los judíos no son ratas, los negros no son animales de tiro, los enemigos políticos no son un cáncer a extirpar, los seres humanos en gestación no son bolsas de células. Judíos, negros, enemigos políticos y niños en gestación tienen el mismo derecho a vivir (sin lastimar a otros) y tratar de ser felices que tenemos todos. Seamos inclusivos de verdad y defendamos la vida de los dos: la mujer y su niño. Y la inicua ley argentina de diciembre de 2020, que genera 32.000 seres humanos muertos cada año, debe ser derogada.

Rodolfo Lemos Angulo

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