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Recordar los sueños

OPINIÓN – POR RODOLFO LEMOS

RODOLFO LEMOS

A veces me despierto por la mañana y recuerdo que algo soñé, pero no me acuerdo del contenido de mis sueños.
También Argentina hoy quizás se acuerda de que tuvo grandes, hermosos sueños en 1983, pero parece no recordar cuáles eran esos sueños.
Mis padres ya no están en este mundo (y duelen muchos abrazos que quedaron pendientes). Hoy recuerdo cuando mis padres, mi hermana y yo pasamos en nuestro Renault 6 al frente de la Casa Radical en Córdoba Capital, el 30 de octubre de 1983, 22 horas. SIGUE ABAJO

La alegría de quienes festejaban era indescriptible pero tranquila, y también había una silenciosa esperanza en mis padres, a pesar de que Lúder había perdido, porque la democracia recuperada era mil veces mejor, de modo absoluto, a la dictadura. Pasamos despacio, mirando. Pero quiero ahora imaginarme que me bajo del auto de mis padres, no con 12 años sino con mis 50 de hoy. Me imagino contándoles a algunos que viajé del futuro, desde el 2022. Sería fascinante un diálogo con alguna de esas personas que allí festejaban. Si les digo que aprovechen la chance y me pregunten, quizás me dirían: “¿Durará la democracia hasta 2022?” Sí, ese sueño se cumplió. “¿Los peronistas no volverán más a la presidencia?” ¡Calma radical! El gobierno de Alfonsín será una de las tres excepciones no peronistas (12 años no peronistas en 40 años de democracia). “¿Recibirán juicio y castigo todos los responsables de la sangre derramada de los setenta?” La respuesta es bien complicada: sí y no, algunos sí, otros no. Quizás soñarían y me preguntarían sobre una Argentina sin pobres, con salud y educación, sin inflación, sin deuda eterna, con un pueblo feliz y esperanzado, con dirigentes buenos, honestos, capaces, y ¡votados por el pueblo!
Seguramente indicarían que buena parte del problema se debe a que no dejaron al pueblo elegir a sus dirigentes, por mucho tiempo. Dudo que comprenderían que en realidad, la mayor paradoja en cuarenta años es que nadie más que nosotros elegimos una y otra vez a los gobiernos, y que aún así nuestros líderes electos no evitaron la corrupción, y la pobreza trepó desde el 10% al 45%, entre otras dificultades. SIGUE ABAJO

Pero la elección popular de nuestros gobernantes es la única vía que tenemos de asegurar nuestra libertad.
“Ok, la economía y la honestidad pública no anda bien en 2022”, me dirán (ya no tan sonrientes). “¿Pero y la tolerancia y concordia entre argentinos? Eso no cuesta dinero.” Eso está complicado también, les diré. El respeto por la opinión diferente del otro, es una materia pendiente. Me doy cuenta de que ahora me miran con ojos asombrados. “¿La ley del odio entre argentinos sigue vigente, pasados cuarenta años?” Sí. En 2022 hay argentinos que odian a otros argentinos, que se niegan a ver lo evidente, y prefieren la negación agresiva, taparse los oídos o exigir el silencio del mensajero. Que tratan de traidores antipatriotas a otros argentinos, simplemente porque piensan diferente. SIGUE ABAJO

Me voy caminando rápido. No tuve corazón para decirles que lo peor, al cabo de cuarenta años, fue la decisión de convertir los centros de salud estatales (el orgullo del gran Ramón Carrillo) en lugares de muerte de niños abortados, a un ritmo de 32.000 por año. Es incalificable quien propone discutir la muerte como una opción, como hizo Macri, o como logró aprobar Alberto, con el asentimiento de muchos. Por eso, cada semana en esta columna, les seguiré recordando que opino que la ley inicua del aborto de diciembre de 2020 debe ser derogada. SIGUE ABAJO

Y hoy los invito a que recordemos los sueños de ese festejo del 30 de octubre de 1983. Y un sueño en forma de canción de entonces, advertía “que el engaño no me sea indiferente; si un traidor puede más que unos cuantos, que esos cuantos no lo olviden fácilmente”. SIGUE ABAJO

Algunos días, con esfuerzo, finalmente logro recordar lo que soñé la noche anterior. Quizás Argentina, con un poco de esfuerzo, también recuerde sus sueños de 1983, para entusiasmarse y esperanzarse de nuevo, como en ese lejano 30 de octubre. SIGUE ABAJO

Y muy feliz día a todos los buenos padres, los que están hoy, o los que en 1983 estaban y hoy ya no, que siempre tratan lo mejor que pueden, de cuidar bien a los suyos, de alentarlos a seguir sus sueños y a tomar buenas decisiones por caminos de justicia y verdad.
Rodolfo Lemos Angulo

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