Política exterior argentina
Opinión – por Rodolfo Lemos Angulo
Lord Palmerston (1784 – 1865), primer ministro británico, decía “Inglaterra no tiene aliados eternos ni enemigos perpetuos. Nuestros intereses son eternos y perpetuos, y nuestro deber es seguirlos”.
Los actos de toda una nación en política exterior pueden explicarse de dos maneras: 1) Por un comportamiento racional, frío, utilitario y pragmático, como el que describe la famosa frase citada. 2) O por la idealista defensa de lo bueno porque es bueno, postura principista que a mi juicio, a largo plazo, como la siembra de la buena semilla, termina dando los mejores dividendos. SIGUE ABAJO
La tarea de casi todos los políticos mínimamente serios, consiste en una mezcla en sus acciones, de estos dos fundamentos: la prudencia va señalando cuándo callar y cuándo hablar, pero un conjunto de ideas o principios innegociables, marcan un límite. SIGUE ABAJO
Justamente el desequilibrio en favor de una de estas dos fuentes de decisiones, nos lleva a calificar a alguien como “un loco fanático suicida” o, en cambio, “un ventajista que siempre se acomoda”.
Siguiendo a Aristóteles, parece que el camino de la prudencia (desde lo puramente humano) pasa por un equilibrado punto intermedio. SIGUE ABAJO
Argentina, mordiendo (otra vez) la mano que le colabora (últimamente hasta con vacunas de regalo), como en una rutina cómica, amenaza con una “contra-cumbre”. Así le amargamos la reunión a los yanquis. Es como ver una y otra vez una mala escena de una mala película. SIGUE ABAJO
Cuando Alberto quiere acercar posiciones con Cristina, la forma de mostrarle que él “es del palo” nacional y popular, es pegarle a “la maldita derecha” y elogiar a Cuba, Nicaragua y Venezuela. Como antes con la Rusia de Putin. No vale la pena que enumere aquí la realidad presente de violaciones a los derechos humanos en estos países. SIGUE ABAJO
Siempre habrá personas que nieguen que el Sol existe, o que afirmen que la Tierra es plana. Pero los hechos muestran un presente opresivo en estos países, opresión que emana desde sus gobiernos y lastima libertades elementales de su población, que huye. SIGUE ABAJO
Volvamos a los fundamentos de política exterior: las decisiones se toman por principios, (quijotescamente, defendiendo el bien dondequiera que esté) o las decisiones se toman por intereses y beneficios (como sostenía de un modo muy inglés, Lord Palmerston).
El problema, visible para cualquiera, es que si Argentina decide contradecir y provocar públicamente a Biden y a Estados Unidos, no se entiende la ganancia utilitaria ni se observa tampoco el principio de bondad defendido. SIGUE ABAJO
Los seguidores de Lord Palmerston dirán: ¿Exactamente qué gana Argentina con su alianza con Venezuela, Cuba y Nicaragua? Los seguidores del Quijote manchego dirán: ¿cuál es el principio de bondad que Argentina está defendiendo? SIGUE ABAJO
En materia de defensa de derechos humanos, Argentina tiene un prestigio, posterior a los Juicios a las Juntas, que no puede rifarse. Pero si toda nuestra política exterior se reduce a maniobras tácticas de gritar contra el Norte “haciendo oídas” para que Cristina y sus seguidores finalmente vean que Alberto es un buenazo como Néstor, Hugo, Fidel o el Pepe, la verdad es que toda la sobreactuación se torna muy baja y muy peligrosa. Porque las consecuencias de la política exterior las padece toda una Nación, vos, yo y nuestros hijos, y por muchos años. SIGUE ABAJO
Nuestro vecino oriental, Lacalle Pou, señala que la defensa de los derechos humanos no es socialista ni capitalista, y que las afinidades ideológicas no son una buena brújula en materia de política exterior. Y yo agrego: no sigas a quien tenga afinidad ideológica con dictaduras.
Y como siempre, les recuerdo que el peor error desde 1983 es la aprobación de la inicua ley del aborto de diciembre de 2020, que debe derogarse.
Rodolfo Lemos Angulo