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OPINIÓN – POR RODOLFO LEMOS ANGULO, ABOGADO

RODOLFO LEMOS ANGULO

La riqueza o pobreza de un país, en general, puede decirse que es la historia personal de millones de personas y familias. Si tenemos millones de personas que progresan y unas pocas que se empobrecen, en general diremos que ese país (sumatoria o promedio de muchísimas microhistorias) es cada vez más rico y prospera.
Es obvio que también funciona a la inversa. Leí hace poco un texto que señalaba que Alberto no tiene la culpa de la pobreza actual, que ronda el 42% (todas las cifras son aproximativas). El texto señalaba una verdad: en 2019, Macri entregó el poder con un volumen monstruoso de pobreza del 36%. Cierto que Alberto no tiene la culpa del 42% (en todo caso podemos achacarle la franja del 36% al 42%, aunque con el atenuante del efecto pandemia mundial, para ser justos). SIGUE ABAJO

El tema es que ese texto, que parece querer indicarnos que el 36% de la pobreza es culpa de Macri, peca de miopía, porque el crecimiento de la pobreza viene de más atrás. Mucho más atrás. Iba a titular esta columna “la mayor deuda de nuestra democracia” cuando observé que en 1986 la pobreza rondaba el 14%, pero luego di con una buena fecha clave: 1974 y un asombroso 5%.
Al morir Perón en 1974, el gran problema era la violencia política, no la pobreza. Hacia 1980 (Videla y la dictadura), 10%. 1986 (Alfonsín y plan austral): 14%. 1993 (Menem y las privatizaciones): 20%. Los datos en la debacle de 2001 – 2002 llegan a un insólito 50% pero las fluctuaciones de la moneda y del dólar vuelven dificultosa o no tan precisa esa medición.
Luego la pobreza empieza a descender al inicio del gobierno de los K (2003-2007) y vuelve a subir a finales de su gobierno (2014) pero las cifras no son claras ni confiables, por un INDEC intervenido, que nos decía que teníamos menos pobreza que Alemania.
En 2016 (inicios de Macri) el INDEC y su termómetro marcan 32%. Macri hace del tema del descenso de la pobreza el parámetro con el cual quiere ser evaluado y condecorado, y como el pez (que por la boca muere), Macri fue evaluado justamente con ese parámetro, que al final de su gobierno había subido al 36% (2019).
En fechas previas a 1974, el parámetro no varía demasiado: 5%. En casi 50 años de mediciones, con dictadura o con democracia, con procesos de desindustrialización, incluyendo privatizaciones, o con procesos de “compre nacional” muy claros y con estatizaciones, sin ayuda social a los pobres o con ayuda social sostenida en el tiempo, sin embargo, la pobreza sube y sube, sin atender demasiado a liberales o socialistas, proteccionistas o librecambistas, solidarios o capitalistas salvajes.
Algo subterráneo está ocurriendo en nuestra sociedad desde 1974. No es la democracia ni la dictadura, no es el liberalismo ni el socialismo, no es la carencia o la sobreabundancia de planes sociales, no es la inflación o la estabilidad. ¿Hay otros países que exhiban esta involución en 50 años? Algo nos pasa y no es sólo la pandemia. ¿Los cambios continuos de rumbo o la guerra interna de todos contra todos tendrán algo que ver?

Rodolfo Lemos Angulo

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