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Massa, ¿bombero o estadista?

R0DOLFO LEMOS

POR RODOLFO LEMOS ANGULO, ABOGADO

Hace mucho tiempo que la Argentina discute con más entusiasmo nombres propios que rumbos. Recaemos en nuestra adicción a la figura del “héroe” o salvador unipersonal. La aparición fácil de un “San Martín” que nos salve. De nuevo, con la designación de Massa. SIGUE ABAJO

Es pereza intelectual. Porque es más difícil armar un equipo de cincuenta economistas que trabajen de modo homogéneo y coordinado. Porque es más lento y complejo discutir un plan con un punto de llegada y varios objetivos intermedios, con cronograma y escenarios alternativos. SIGUE ABAJO

El tema importante en ese plan es el tamaño que el estado debe tener. ¿Un estado grande, con muchos impuestos pero también con mucha acción social eficaz, obra pública y redistribución de ingresos? ¿Un estado más pequeño que no asfixie a la economía y brinde bien unos pocos servicios, como salud, educación, justicia y moneda estable? ¿Un camino intermedio? Y los dos grandes temas argentinos (inflación e inclusión social) deben abordarse. SIGUE ABAJO

Si todo se reduce a que Massa sea un bombero que puede conseguir unos dólares para las importaciones de la industria, es demasiado poco. Si el plan es bueno, pero aparecen los vetos cruzados entre distintos grupos de la coalición, todo se paraliza de nuevo. En momentos de crisis, una tentación posible es comprar la nueva idea de moda, que dice que toda la culpa es de los planes sociales. SIGUE ABAJO

En los últimos días vimos en los medios una mujer de 34 años que vive de planes solidarios, con un discurso cínico, desagradable, que justifica la vagancia y se burla de los sectores sociales incluidos, que trabajan y pagan los impuestos y sostienen así los planes. SIGUE ABAJO

Un error sería generalizar y creer que todos los que reciben planes solidarios piensan igual que esta mujer. Otro error es creer la nueva idea de moda de que todos los problemas de la Argentina se solucionan eliminando simplemente, los planes sociales. El problema de los planes, el trabajo en blanco y en definitiva, la inclusión de los excluidos, es muy complejo. Requiere soluciones serias, que llevan años de camino serio y consistente. SIGUE ABAJO

Las soluciones impulsivas y simples solo traen más dolor. Y en relación con Massa, además de que nos falta el debate de un rumbo, necesitamos luego que Massa sea un buen líder que maneje bien el acelerador y el freno. Porque la aplicación de un rumbo adecuado en manos de un inepto que nada decide, o de un loco desequilibrado que no usa el freno, puede terminar en un completo desastre. La virtud política de la prudencia se necesita más que nunca. Y es imprescindible la construcción de consensos entre oficialismo y oposición. SIGUE ABAJO

No puede funcionar una democracia con un nivel de discordia tal, que oficialismo y oposición se acusan mutuamente, de ser un infame grupo de bandidos.
Por otra parte, Robert Merton alerta sobre el riesgo de la anomia: señala que no sólo debemos tender hacia objetivos deseables, sino llegar a ellos respetando los canales institucionales. Llegar a metas deseables sin respetar las reglas institucionalizadas, se parece a “ganar como sea”, como decía Bilardo. SIGUE ABAJO

En política, aspirar a obtener objetivos deseables, sin respetar los canales legítimos, tiene un precio alto: desestabilización de la sociedad y anomia. El conjunto de reglas válidas están en la Constitución Nacional. Y los objetivos consensuados más básicos también están allí: educación, salud, trabajo, vivienda, justicia, solidaridad, moneda estable, respeto a la vida, a la libertad, a la propiedad, al buen nombre de cada uno. Nuestro convivir en Argentina, debe ser apacible, sin indiferencia hacia el necesitado, sin envidia a quien progresa de modo legítimo, con deseos de que nuestras metas logradas (y los caminos que elegimos para llegar a ellas), nos llenen de la satisfacción del deber cumplido. Les sugiero ver la miniserie de Zelenski “Servidor del Pueblo”, en Netflix.
Y les recuerdo que debemos derogar la inicua ley del aborto, de diciembre de 2020.
Rodolfo Lemos Angulo

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