destacadaLocalesOpinion

Malvinas 1982

OPINION – POR EL ABOGADO RODOLFO LEMOS

Es muy fuerte. Nada nos emociona tanto como la idea de recuperar nuestras Malvinas, nuestra “hermanita perdida”.
Una de las cosas que perdió la dictadura criminal fue las Malvinas. Porque desde la usurpación de 1833, nunca Argentina estuvo tan cerca de recuperar la soberanía sobre las Malvinas como ocurrió en los diez años previos a 1982. SIGUE ABAJO

Y la guerra (decidida por cuatro locos) rompió todo el fino trabajo previo. Antes de 1982 había un claro y creciente destrato británico hacia los habitantes de Malvinas y relaciones cada vez mayores de los “kelpers” con Argentina. SIGUE ABAJO

Luego de 1982, con sangre derramada por ambos lados, y con el temor de una situación de toma de rehenes de 1.500 personas (que nunca ocurrió por la caballerosidad argentina), los malvinenses se beneficiaron mucho en el mejor trato dispensado por su metrópoli, y Argentina dejó atrás en esos habitantes un resentimiento anti-argentino que antes de 1982 no existía. SIGUE ABAJO

A las minas antipersonales enterradas por argentinos, se sumaron odios intensos. Es extraño que en la etapa de formación del estado Argentino (1810-1860), Argentina no se quejó demasiado por la pérdida de Tarija, que era nuestra. O Paraguay, que era nuestro. O Bolivia. O Uruguay. O la mitad de Misiones y Formosa. O el Canal de Beagle y Laguna del Desierto. SIGUE ABAJO

Al revés, jamás festejamos mucho la adquisición de la Patagonia, que era también un territorio disputado. Pero Malvinas, luego de la guerra, es una herida que sangra.
Recibimos de nuestra madre España, un derecho disputado sobre las islas Malvinas. Es lógico indignarse si imaginamos nuestra posesión siempre pacífica, atacada en 1833 violentamente por ingleses (como ocurrió). Pero los invito a estudiar la previa a 1833, en la que España expulsa por la fuerza a ingleses (y a franceses) que se retiran bajo protesta. SIGUE ABAJO

En el siglo XVIII, el título de propiedad sobre un territorio era descubrimiento y ocupación efectiva. Salvo que creamos la ingenuidad de que el título de propiedad español lo otorgaba un decreto del Papa (como alegaba España).

En Malvinas 1982, se mezclan dos clases de heroísmos. Un heroísmo mezclado con una altísima pericia técnica de los pilotos de aviones argentinos. El mundo entero cambió todos los protocolos de defensa de flotas de guerra, a raíz de lo que Argentina mostró en apenas 45 días. SIGUE ABAJO

El otro heroísmo tiene mucho coraje y poca pericia técnica y quizás es menos vistoso pero más meritorio. Jóvenes de 19 años, bajo el autoritarismo de un gobierno militar de facto (cuando una vida valía casi nada) y bajo bandera por conscripción obligatoria (algunos fueron estaqueados con 15 grados bajo cero), entregaron lo mejor de sí para defender suelo argentino. Y muchos que hoy DEBERÍAN estar disfrutando sus 60 años de edad, con sus hijos y nietos, quedaron con 19 años enterrados en Darwin. SIGUE ABAJO

Dieron todo lo que un hombre puede dar en este mundo: sus jóvenes vidas. Sobre nuestros héroes pilotos de aviones, podemos decir “murieron en su ley”, estaban listos. Sobre nuestros héroes conscriptos, es perturbador pensar que no estaban allí voluntariamente, pero lo dieron todo. Los mejores cuadros de las fuerzas armadas, los más entrenados (excepto los pilotos) quedaron custodiando la frontera con Chile, esperando un hipotético ataque que nunca ocurrió. SIGUE ABAJO

En Malvinas, esos jóvenes de 19 años afrontaron el empuje de uno de los mejores ejércitos profesionales del mundo. Tal fue la improvisación de los verdaderos profesionales, que ni relevos de descanso ni mudas de ropa limpia ni comida en muchos casos, por 45 días, salvo comer cruda una oveja. Y Galtieri y sus secuaces, escondidos en Casa Rosada. Hoy aún seguimos procesando el luto por la negra noche del terrorismo de estado. Pero sobre Malvinas no. Apenas sí hemos procesado nuestro enorme respeto a esos HEROES verdaderos, luego del silencio social de los primeros años de la democracia. Lo demás sobre nuestras Malvinas, sigue todo confuso en la mente de muchos, mezclado con el Mundial, Maradona, y el vergonzoso disfrute de ver una y otra vez viejos videos donde mueren personas en el ataque heroico de un avión argentino a un barco inglés. Como si la guerra fuese un video juego. Como si el gol a los ingleses cambiara en algo la vida de una mamá que mira en silencio una foto vieja, queriendo sentir que la aprieta un fuerte abrazo que nunca llegará. Argentinos: Respetemos nuestros héroes. Miremos a los ojos la verdadera historia, aunque duela ver nuestras miserias. Procuremos homenajear a nuestros héroes con una Argentina que valga la pena ser vivida.
Además: la inicua ley del aborto de diciembre de 2020, debe derogarse.
Rodolfo Lemos Angulo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *