Lógica e irracionalismo peronista

OPINION – POR RODOLFO LEMOS

En octubre de 1917 el comunismo tomó el poder en Rusia. No había democracia antes y no la hubo después. Había propiedad privada antes, e inmediatamente el estado asumió la propiedad de todos los medios de producción y todos los inmuebles urbanos y rurales, hasta 1991 (sugiero ver el film “Doctor Zhivago”). SIGUE ABAJO

Ninguno de los soviets de entonces se autodefinió como un republicano demócrata que respeta el escrutinio de las urnas, escrutinio que puede eventualmente ordenar la entrega del poder a la oposición. Ninguno de los soviets dijo que era amigo de un capitalismo humanitario. SIGUE ABAJO

La lógica interna del movimiento de octubre de 1917 es perfecta: la propiedad privada no existe más y la democracia republicana es un invento de las burguesías decadentes. Es una lógica perversa, pero perfecta. La lógica perfecta de los revolucionarios cubanos de 1959 es notoria también. SIGUE ABAJO

El movimiento peronista es irracionalista en el sentido del enorme peso dado a los sentimientos en desmedro de los razonamientos lógicos. También es irracionalista porque lleva en su seno dos gigantescas contradicciones lógicas. Primera contradicción: el sistema de república democrática constitucional es aceptable, siempre que gobierne el peronismo. Que la oposición (gorila, traidora, asesina, colonialista, golpista), se disculpe y agradezca que el peronismo le permite (a pesar de sus muchas culpas) participar del juego democrático, siempre como socio anodino de un sistema de partido único. Que agradezcan la libertad de prensa. Pero que no se entusiasmen: porque si la libertad de prensa empieza a despertar conciencias peronistas, debe limitarse. Porque si la libertad electoral significa que la oposición va a convencer al pueblo auténtico (“que nunca se equivoca”) teniendo el atrevimiento de convertirse en mayoría y ganar el poder, esto ya no funciona. El peronismo admite la participación del sistema de partidos políticos, prensa libre y poder judicial independiente, siempre que no ganen, no convenzan al pueblo de falacias y no enjuicien a los grandes líderes populares. Si la prensa libre se vuelve demasiado audaz, si el poder judicial no entiende cuál es su rol anodino y si un partido político opositor tiene la capacidad de ganar una elección nacional, entonces empiezan los reclamos de “abuso” de la libertad de prensa, poder judicial “cooptado por los poderes fácticos” y se modifican cada una de las reglas de juego electorales para que la “sagrada voz del pueblo” no pueda expresarse y la oposición no gane. SIGUE ABAJO

Les sugiero leer sobre “gerrymandering” en Capital Federal, elecciones de 1951 y 1954, para entender el fraude peronista al voto popular. De la falta de libertad de prensa y del poder judicial amordazado entre 1946 y 1955 ya les hablé en otras columnas. Acerca de derechos humanos elementales, “el caso Bravo” o Félix Luna (quien sufrió en 1954 la aplicación de torturas inhumanas con picana eléctrica) contradicen gravemente la imagen edulcorada de esos años. SIGUE ABAJO

Segunda contradicción: para el peronismo, los empresarios son sospechosos de ser explotadores del sudor del pueblo y traidores pagados por multinacionales colonialistas. Si el peronismo mantiene la propiedad privada de los inmuebles y de las empresas, que ellos agradezcan que a pesar de sus enormes culpas, el peronismo no “hace tronar el escarmiento”. Todo empresario y toda empresa privada está siempre bajo la acusación de enriquecerse a costa del sudor ajeno, por lo tanto, el peronismo les exige que tomen más trabajadores, que paguen más sueldos, que paguen más impuestos, porque con sus enormes culpas sistémicas, deberían de modo continuo pedir perdón por la deuda impagable que tienen con el pueblo auténtico. Y si no acatan demandas nuevas, su negocio, su fábrica son tomados, cerrados o expropiados. SIGUE ABAJO

Conclusión: en relación a la primera contradicción, el régimen de gobierno peronista es un híbrido entre una democracia muy disminuída o una dictadura blanda.
En cuanto a la segunda contradicción, es muy probable que casi nadie quiera ser empresario en la Argentina peronista, para ser insultado, escupido, atacado o estigmatizado socialmente, con una sola excepción floreciente: las amplias redes de narcotraficantes que hoy comercializan drogas prohibidas. SIGUE ABAJO

Después del repudiable atentado, Cristina descubrió que sigue viva gracias “a Dios y a la Virgen”, según dijo. Es un buen descubrimiento. Si ella realmente lo cree así, si es auténtica, si no es una hipócrita que usa en vano el nombre de Dios, debería convertirse al catolicismo y liderar la derogación de la inicua ley del aborto vigente desde diciembre de 2020.
Rodolfo Lemos Angulo