En 1953 fallecía Ataliva Herrera: quién fue este cordobés cultor del primer regionalismo
EFEMÉRIDE – POR JORGE ALACEVICH

El 6 de noviembre de 1953 fallecía en la ciudad de Córdoba Ataliva Herrera, a los 64 años.
Fue abogado, magistrado judicial, poeta y escritor y perteneció a lo que se ha denominado “el primer regionalismo”: un conjunto de escritores y poetas que se inspiraron en la naturaleza, el folclore y las tradiciones.

Fue autor de poemas como “Bamba”, inspirado en su niñez transcurrida en Cruz del Eje. Había nacido en Córdoba el 2 de junio de 1888.
Ataliva Herrera nació en la ciudad de Córdoba, el 2 de junio de 1888. Era hijo de Severo S. Herrera e Isolina Cáceres Cano. Pasó su infancia en el pueblo de Cruz del Eje, donde cursó sus estudios primarios. Allí vivenció el paisaje y la cultura lugareña que lo marcaron para siempre.

Sus primeros éxitos poéticos los gana en Córdoba en 1904 y 1906, con las obras Mis Noches y Canto al Arte. Rinde libre el bachillerato en el Colegio Nacional de Monserrat en 1907. A los 20 años conocía los clásicos en su idioma original.

Se casó con Eva María Castro Nieva, sanjuanina, y tuvieron dos hijos: Eva Yanatilde, y Luis Fernando.
Siguió cursos de Humanidades en el Seminario de Loreto, de Córdoba. Estudió en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, de la Universidad Nacional de Córdoba, concluyendo sus estudios de abogado en 1913, especializándose en Derecho Penal.

Fue profesor en educación secundaria y universitaria. Se desempeñó como magistrado en cargos de importancia.
Fue profesor de Letras en Mendoza, Córdoba, Buenos Aires y Adrogué, provincia de Buenos Aires, hasta 1946; profesor de Derecho Penal en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Nacional del Litoral, y Decano de la misma hasta 1944. Durante el mes de septiembre de 1944, fue Rector Interventor de esa universidad.

Fue Inspector Técnico de Enseñanza del Ministerio de Educación de la Nación, desde 1936; juez de Primera Instancia en la Provincia de Corrientes (1918); fiscal, juez de Primera Instancia, procurador general y miembro de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de San Juan (1915-1917 y 1932-33); juez del Crimen en la provincia de Mendoza (1919-1926); miembro de la Suprema Corte de Justicia de Mendoza (1926-1927), y su presidente (1927-1928).

Miembro correspondiente de la Academia Nacional de la Historia, y de The Hispanic Society of America, de Nueva York; miembro honorario de las Juntas de Estudios Históricos de Catamarca y Salta; perteneció a la Academia Literaria del Plata y al Círculo de Escritores Argentinos. Fue miembro del Consejo Municipal de Cultura de la ciudad de Santa Fe.
En cuanto a su carrera literaria, se mencionan como sus primeros éxitos poéticos los libros Mis noches (1904) y Canto al arte (1906), publicados en Córdoba. Es autor, además, de El Poema Nativo (1916, Premio La Prensa); Las Vírgenes del Sol (1920, Premio Nacional de Literatura); Un precursor del Teatro Nacional (1921); Paz provinciana (1922, Premio La Prensa); Bamba, poema de Córdoba colonial (1933) y La Iluminada (1934, primer auto sacramental argentino), entre otras.
Cabe destacar que sobre su poema Las Vírgenes del Sol, Alfredo Luis Schiuma compuso una ópera homónima, estrenada en 1939 en el Teatro Colón. Ataliva Herrera había ofrecido antes su poema a Enrique Mario Casella (1891-1948) para que fuera musicalizado. Esta primera ópera -Las Vírgenes del Sol con música de Casella- fue terminada en 1927 pero nunca estrenada, salvo algunos fragmentos
Fue colaborador de los diarios La Prensa, La Nación, La Razón y El Pueblo, de Buenos Aires; Los Principios y La Voz del Interior, de Córdoba. Publicó asimismo en las revistas Caras y Caretas, El Hogar, Atlántida y Estudios, de Buenos Aires. En publicaciones de Mendoza, aparecen las siguientes colaboraciones: un fragmento de la tragedia Las Vírgenes del Sol (La Semana, Año I, N° 2, enero 1918); “A una plaza” (Revista Vida Andina, Año I, N° 14, 25 de abril 1920); “Una cena” (La Quincena Social, N° 17, 1 de enero de 1920); “Romanza vieja” (La Quincena, N° 20, 30 de junio 1920); “El viajero solitario” (La Quincena, N° 39, 30 de noviembre 1920); “Soledad” (La Quincena, N° 43, 30 de enero 1921); “La cena” (La Quincena, N° 44-45, 15 y 28 de febrero 1921) y “Poema” (Mundo Cuyano, Año I, N° 3, 20 de setiembre de 1921), entre otras.