En 1905 Hipólito Yrigoyen dirigía la revolución radical en contra del gobierno conservador del PAN
EFEMÉRIDE – POR JORGE ALACEVICH

El 4 de febrero de 1905 se producía la revolución radical, una sublevación cívico-militar acontecida en la Argentina, organizada por la Unión Cívica Radical y dirigida por Hipólito Yrigoyen contra el gobierno del Partido Autonomista Nacional (PAN) en reclamo de elecciones libres y democráticas.

El PAN fue un partido político liberal conservador argentino, que tuvo preeminencia entre 1874 y 1916, coincidiendo en gran parte con el período conocido en la historiografía moderna como «república conservadora», «república oligárquica» y «modelo liberal» durante el cual gobernó ininterrumpidamente el país sin alternancia, bajo un cuestionado régimen electoral de voto cantado, altamente fraudulento y con mínima participación electoral.

Se extendía a la provincia de Córdoba la revolución promovida por la Unión Cívica Radical contra el régimen conservador.
El teniente coronel Daniel Fernández encabezaba el movimiento cívico-militar, tomando prisionero al gobernador José Vicente de Olmos.

La asonada fracasó y muchos dirigentes fueron detenidos, en tanto que otros debieron exilarse.
El 4 de febrero de 1905, en la Capital Federal, Campo de Mayo, Bahía Blanca, Mendoza, Córdoba y Santa Fe, se produjo el alzamiento armado que se venía preparando, casi con las mismas banderas que en 1890 y 1893. Se proclamó el estado de sitio en todo el país, por noventa días.

Fue una de las rebeliones más importantes que tuvo la República, por el número de militares comprometidos, las fuerzas vinculadas y la extensión del movimiento.
En Córdoba los revolucionarios toman prisioneros al vicepresidente José Figueroa Alcorta a quien obligaron a tener una conferencia telegráfica con el presidente Manuel Quintana, solicitándole la renuncia a cambio de su vida.

Sin embargo, el presidente no cedió y la amenaza no fue ejecutada. En la misma redada intentaron detener al expresidente Julio Argentino Roca, quien, avisado de esta circunstancia, logró escapar a Santiago del Estero. En cambio, fueron detenidos su hijo, el diputado Julio Argentino Pascual Roca, y Francisco Julián Beazley, exjefe de policía de Buenos Aires, quien regresaba de actuar como interventor en San Luis.
En 1906 con la muerte del presidente Quintana y la asunción de su vicepresidente, José Figueroa Alcorta, el congreso dicta la Ley 4939 de amnistía general a todos los participantes de la revolución de 1905.