En 1822 moría muy joven el escritor uruguayo Bartolomé Hidalgo, pionero de la poesía gauchesca
EFEMÉRIDE – POR JORGE ALACEVICH
El 28 de noviembre de 1822 moría a los 34 años, en Morón, Buenos Aires, Bartolomé Hidalgo (Montevideo, 24 de agosto de 1788 – Morón, 28 de noviembre de 1822), escritor oriental, pionero de la poesía gauchesca de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Huérfano temprano, vivió con su madre y hermanas en Montevideo y la pobreza de la ciudad colonial y su condición de hijo de hogar modesto lo marcaron, le hicieron sentir sus rigores.
A los 18 años se enroló en el llamado Batallón de Partidarios de Montevideo, sirviendo a las órdenes de Francisco Antonio Maciel, en la batalla del Cardal.
En el año 1811 se incorporó a la revolución emancipadora, confirmando su doble rol, tan común en esa época, de ser gente de milicia y de actividad personal.
En Paysandú recibió a José Artigas, el “Jefe de los Orientales”, quien en una carta lo trata afectuosamente y lo incorpora a la nómina de aquellos que facilitaron el Éxodo del Pueblo Oriental, una de las primeras manifestaciones colectivas contra el poder colonial instituido.
A los 23 años, en 1811, ya sus poemas tienen connotación de carácter político. Compone su Marcha Nacional Oriental para conmemorar y festejar la firma del Armisticio entre la Junta de Buenos Aires y el virrey montevideano Francisco Javier de Elío, que permite la retirada del ejército sitiador.
Bartolomé Hidalgo pertenece a la cultura popular. Es uno de aquellos autores que se pueden definir como esenciales; es decir, aquellos que más allá de la vestidura lírica o literaria, tienen su importancia en la carnadura de lo que dicen, en el grado de alimento esencial. Sus Cielitos, que hablan de la peripecia patriótica, van deviniendo después en poemas en los cuales se incorporan las primeras denuncias que luego continuarán la voz de Los Tres Gauchos Orientales de Antonio Lussich y más tarde la voz de Martín Fierro de José Hernández.
En el Cielito de la Independencia canta a las Provincias Unidas del Río de la Plata, que luego se llamarían República Argentina.
Hoy una Nación
en el mundo se presenta,
pues las Provincias Unidas
proclaman su Independencia.
El 30 de enero de 1816 se representó su «Sentimiento de un patriota» en la Casa de Comedias en Uruguay, del que fue director.
Después aparece «Idomeneo», la «Marcha Nacional» y el «Cielito oriental».
En 1818 escribe el epitalamio «A don Francisco Solano de Antuña en su feliz unión».
Regresa a Buenos Aires donde publica «Cielito patriótico para cantar la acción de Maipú» y «El triunfo».
En 1819 publica «A la venida de la expedición».
En 1820 inicia la escritura de cielitos gauchescos. Escribe «Relación de las Fiestas Mayas» en 1822 y en 1820 un «Nuevo diálogo patriótico».
El 26 de mayo de 1820 contrajo matrimonio con Juana Cortina.
Cielito Patriótico
No me neguéis este día
cuerditas vuestro favor
y contaré en el CIELITO
de Maipú la grande acción.
Cielo, cielito que sí,
Cielito de Chacabuco,
si Marcó perdió el envite,
Osorio no ganó el truco.
En el paraje mentado
que llaman Cancha Rayada,
el General SAN MARTÍN
llegó con la grande Armada.
Cielito, cielo que sí,
era la gente lucida,
y todos los mozos amargos
para hacer una envestida
Lo saben los enemigos
y al grito ya se vinieron,
y sin poder evitarlo
nuestro campo sorprendieron.
Cielito, cielo que sí,
cielito del almidón,
no te aflijas godo viejo
que ya te darán jabón.
De noche avanzaron ellos
y allá tuvieron sus tratos;
compraron barato, es cierto,
¡Qué malo es comprar barato!
Cielito, cielo que sí,
le dijo el sapo a la rana,
canta esta noche a tu gusto
y nos veremos mañana.
Se reúnen los dispersos
y marchan las divisiones,
y ya andaban los paisanos
con muy malas intenciones.
Allá va cielo, y más cielo,
cielito de la cadena,
para disfrutar placeres
es preciso sentir penas.
Pero ¡bien ayga los indios!
ni por el diablo aflojaron,
mueran todos los gallegos,
VIVA LA PATRIA, gritaron.