En 1772 nacía en San Juan Fray Justo Santa María de Oro: quién era
EFEMÉRIDE – POR JORGE ALACEVICH

El 30 de julio de 1772 nacía en San Juan Fray Justo Santa María de Oro, un entusiasta defensor de la causa patriota durante los sucesos de Mayo.

Contribuyó a la formación del Ejército de los Andes. Fue diputado por su provincia natal ante el Congreso de Tucumán que declaró la independencia el 9 de julio de 1816 y se opuso decididamente a la monarquía. En 1818, fue condenado al destierro. Murió el 19 de octubre de 1836.
Era hijo de Juan Miguel de Oro Bustamante y Cossio y de Elena Albarracín Ladrón de Guevara.
A los 17 años ingresó en la Orden de los Dominicos en Chile, de donde regresó a su provincia en 1814, expulsado por el general José Miguel Carrera.

Sus contactos con sus hermanos de Orden en Chile sirvieron para que el General San Martín pudiera enviarle correo secreto a través de ellos.

Renunció al Congreso en 1815 y fue deportado a Chile en 1818, llegando rápidamente a ser el superior de los Dominicos de ese país.
Regresó a San Juan 10 años después como vicario apostólico para la diócesis de San Juan de Cuyo. Construyó la Catedral, mejoró las escuelas religiosas de esa ciudad y fundó una para mujeres. El 21 de febrero de 1830 Santa María de Oro fue consagrado obispo en la iglesia de San José de la ciudad de San Juan, por José Ignacio Cienfuegos.

Retirado de la política por no ingresar en las luchas intestinas entre unitarios y federales murió el 19 de octubre de 1836 y sus restos descansan en la Catedral de San Juan.

Fray Justo Santa María de Oro y Albarracín era tío segundo de Domingo Faustino Sarmiento, Santiago Albarracín y de Santiago Rufino Albarracín.

En 1816 fue elegido diputado al Congreso de Tucumán, junto con Francisco Laprida. Allí impulsó la declaración de la Independencia. La historiografía liberal lo ubica como un férreo defensor de la forma republicana de gobierno por su frase “hay que consultar a los pueblos”.
En el Congreso de Tucumán sus palabras fueron “se dará la batalla a favor de la soberanía del pueblo” y por eso aparece la tesis de la monarquía constitucional o “Yo el Rey”, enfrentada con la de la república o “Nosotros los pueblos”.
El Congreso de Tucumán fue una asamblea soberana que al mismo tiempo se desempeñó como tribunal, poder legislativo y constituyente. Fue convocada por un acuerdo establecido en el Estatuto de 1815 y sesionó en dos lugares distintos: desde el 24 de marzo de 1816 al 16 de enero de 1817 lo hizo en la ciudad de San Miguel de Tucumán, y posteriormente en la ciudad de Buenos Aires, entre el 12 de mayo de 1817 y el 11 de febrero de 1820.