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En 1574 se producía la masacre de Ongamira, al norte de Córdoba

EFEMÉRIDE – POR JORGE ALACEVICH

El 19 de diciembre 1574 se producía la masacre de Ongamira, en el norte de la provincia de Córdoba, un brutal ataque de los españoles al mando de Antón Berrú y Tristán de Tejeda.
La operación causaba la muerte de 1800 comechingones, pueblo originario de ese paraje serrano.

Muchos de ellos se inmolaron junto con sus mujeres y niños arrojándose al vacío desde el macizo para no ser capturados y esclavizados. La masacre fue en represalia de la muerte de Blas de Rosales, encomendero de ese lugar.


En el valle de Ongamira existía un hospital natural al que asistían los comechingones: el cerro Charalqueta, en el que los chamanes ofrecían pociones a los enfermos. También era el lugar elegido por muchos para dejar la vida.


Aquel lugar sanador, a 1.575 metros de altura, se convirtió en un escenario de cruentas batallas, cuando los conquistadores comenzaron a buscar oro en la zona y el cacique Onga (Unca) resistía con su gente como podía.


Ongamira es un valle situado al norte del Valle de Punilla y al noroeste de la provincia de Córdoba. El nombre de este valle se deriva de la palabra «Unca-mira» en un idioma indígena: «Unca» se refiere al nombre de un jefe tribal, y «mira» significa un lugar.
Ongamira es conocido por sus cuevas y grutas, que tienen importancia geológica y arqueológica Las grutas o cuevas se encuentran a 1500 m. sobre el nivel del mar en el valle de Ongamira en un predio de 60 hectáreas.


Blas de Rosales (1514 – 1574), fue un militar y político de origen español, partícipe de la conquista del Tucumán a mediados del siglo XVI, cuando hicieron su aparición los conquistadores españoles y se desencadenó la tragedia.
Rosales fue uno de los primeros encomenderos y primer agricultor y minero de la región, que se presentó hacia 1573 con intención de extraer oro y plata de la provincia indígena en Ischilín o Eschelín, dada en encomienda por el fundador de Córdoba, Jerónimo Luis de Cabrera.


Había llegado a estas tierras escoltando a Juan Núñez de Prado, era cofundador de Santiago del Estero y de la ciudad de Córdoba, con tres carretas de bueyes, ovejas, cabras y cerdos. Experto en minerales, el nombre de Blas de Rosales quedó grabado en la historia de la provincia de Córdoba como el primer minero, al encontrar y valorar arenas auríferas.
Asistió a la fundación de Córdoba en 1573 y fue alcalde de su primer cabildo. Recibió de Jerónimo Luis de Cabrera una encomienda en una zona de aborígenes rebeldes comechingones. Fue muerto por los indígenas en un alzamiento en las Cuevas de Ongamira en el año 1574.
A su muerte contaba con casi sesenta años y aunque era soltero, había procreado no menos de ocho hijos naturales, varios de ellos mestizos.

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