El mayor criminal que tuvo la ciudad está libre hace tres años por buena conducta y vive en el sur del país

El mayor criminal que tuvo la ciudad de Río Tercero, con seis asesinatos cometidos, uno de ellos durante su etapa como presidiario, está libre desde hace unos tres años y reside actualmente en una ciudad del sur del país. SIGUE ABAJO

Luego de recibir una condena a prisión perpetua (25 años), la libertad la consiguió por buen comportamiento, según pudo conocer este Diario, y si bien no se conoce cómo y de qué vive actualmente Alfredo Alberto De Luca, de 76 años, solo se sabe que rearmó su vida en una ciudad de Río Negro donde ha formando pareja. SIGUE ABAJO

De Luca había estado preso, por segunda vez en su vida, desde julio de 1995, luego de asesinar a tres jóvenes de esta ciudad: los hermanos Gustavo y Carlos Funes, de 26 y 29 años, respectivamente, y a Mario Álvarez, de 31 años. SIGUE ABAJO

Los antecedentes judiciales oficiales cuentan que el 4 de julio de 1971 De Luca asesinó a balazos a dos personas (de apellidos Galimberti y Antúnez), empleados de la empresa Mercedes Benz de la ciudad de Córdoba, que viajaban de la capital provincial a Río Cuarto. El asesinato lo cometió en plena ruta entre Berrotarán y Río Cuarto, cuando era la tercera persona sobre el camión. Por ese hecho fue condenado y cumplió una pena de 15 años. SIGUE ABAJO


El jueves 13 de julio de 1995 asesinó a los hermanos Funes y a Alvarez cuando viajaba con ellos a Córdoba en una coupé Renault
Fuego. El crimen fue a la altura de Altos Fierro y la noticia tuvo alcance a nivel nacional. SIGUE ABAJO

También trascendió que mientras estaba detenido en el Servicio Penitenciario de Cruz del Eje le quitó la vida a otro preso utilizando un cuchillo. Esa muerte, según se supo, habría sido en defensa propia, ya que De Luca se consideraba “un perseguido” por otros detenidos. SIGUE ABAJO


Por ese motivo primero pidió ser trasladado del Servicio Penitenciario de Bouwer a Cruz del Eje y cuando estaba en la cárcel del noroeste provincial solicitó un nuevo traslado y fue llevado a la cárcel de Río Cuarto. SIGUE ABAJO

EL TRIPLE CRIMEN
Al día siguiente de asesinar a los jóvenes riotercerenses, De Luca, quien tenía entonces 49 años, fue detenido en un departamento que alquilaba en calle Las Heras 178, en barrio Las Flores de esta ciudad. Además, muy cerca de ese lugar y en el interior de un desagüe ubicado en la zona del ferrocarril fue hallada el arma que utilizó para el triple homicidio. SIGUE ABAJO

A los hermanos Funes y a Álvarez les quitó la vida cuando los cuatro a bordo de un automóvil Renault Fuego se dirigían a la ciudad de Córdoba. El horroroso hecho se registró en horas de la mañana a unos tres kilómetros antes de llegar al cruce de la ruta hacia Alta Gracia. SIGUE ABAJO

Posteriormente, el vehículo fue encontrado contra un alambrado de la banquina, a unos 12 metros de la ruta. En el interior del auto estaba Álvarez con un tiro a “quemarropa” en la sien. Mientras que Carlos Funes tenía tres impactos de bala en su cara. SIGUE ABAJO

Gustavo Funes, quien aparentemente intentó huir del horror del interior del auto, estaba fuera del Renault Fuego, muerto y aplastado por el automóvil, con disparos en el omoplato y en una mano. SIGUE ABAJO

Por este triple crimen, en abril de 1997 la Justicia cordobesa condenó a De Luca a prisión perpetua, con accesoria por tiempo indeterminado.
En el juicio, el abogado defensor del riotercerense había alegado “demencia” para explicar un crimen cuyo móvil no se logró esclarecer. SIGUE ABAJO

os argumentos de la defensa fueron rechazados por el fiscal Marcelo Sayago y la Cámara Octava del Crimen finalmente lo condenó coincidiendo con el pedido del fiscal de prisión perpetua. SIGUE ABAJO

Nunca quedó claro qué llevó a De Luca a cometer este triple crimen que conmocionó a todo el país y en especial a Río Tercero. Se supo que el asesino viajaba en ese auto por testimonios de playeros de una estación de servicio que lo vieron en el auto. También hubo quienes lo vieron regresar en colectivo desde el lugar del hecho. SIGUE ABAJO

Lo cierto es que una a una fueron cayendo las coartadas que presentó De Luca. Primero declaró que ese día estaba trabajando en una fábrica de Tancacha. Pero cuando los directivos de esa empresa fueron citados a declarar, coincidieron en señalar que nunca habían tenido como empleado a alguien con ese apellido. SIGUE ABAJO

Luego De Luca dijo que no conocía a los hermanos Funes. Sin embargo, un vecino suyo declaró en el juicio que el día anterior al crimen los vio conversando al frente de su casa.
Por último, el condenado acusó a una persona llamada Andrés Seguetti como supuesto autor del asesinato. También dijo que Seguetti iba a verlo a la cárcel donde estuvo detenido en espera del juicio y que lo amenazaba para que no lo involucrara en la causa. SIGUE ABAJO

Pero los guardias del penal aseguraron que De Luca nunca recibió en la cárcel a nadie más que a su pareja y que no le llegó ninguna carta con amenaza alguna. Y eso no fue todo: la Policía no encontró el nombre de Seguetti en ningún registro de identidad de Rosario, donde, según De Luca, vivía el misterioso personaje.
Un revólver que De Luca había comprado y que fue secuestrado a pocas cuadras de su casa y las manchas de sangre que dejaron huellas después de ser lavadas de su pantalón y su campera, fueron el resto de las pruebas que condujeron al Tribunal a declarar a De Luca culpable y condenarlo a prisión perpetua. También se tomó en cuenta la declaración de un automovilista que lo vio huir.
Mientras escuchaba la sentencia, el asesino mantuvo la misma actitud que durante el juicio: la mirada hacia el techo y el rostro sin expresión. No quiso hablar con nadie.
Al finalizar el juicio, los policías que lo llevaban esposado contaban que él repetía: “Es la voluntad de Dios”.
Ahora, hace aproximadamente tres años, De Luca está radicado en la provincia de Río Negro. La libertad la habría recuperado por “muy buen comportamiento” y por su edad: actualmente tiene 76 años.
Los q no pueden salir x buena conducta del lugar a donde este criminal los envió son las 6 seis victimas que esta mugre humana ASESINÓ. Nadie se vuelve santo despues de semejante comportamiento. Verguenza judicial.