El cargo y su simbolismo
OPINIÓN – POR RODOLFO LEMOS ANGULO, ABOGADO
La destitución del Presidente de la Nación por mal desempeño, vía juicio político del Congreso de la Nación, no es quiebre institucional. Sólo a la renuncia bajo amenazas de violencia o al derrocamiento por la fuerza, le llamamos golpe de estado.
El ideal es que todo Presidente de la Nación complete su mandato, pero no es una obligación pétrea. Desgracias como enfermedad incapacitante, muerte, renuncia por motivos personales, o destitución por mal desempeño, son algunas de las situaciones por las que un Presidente deja incompleto su mandato. Los previsores artículos de la Constitución Nacional son el 53, 59, 60 y 88. SIGUE ABAJO
Una destitución por mal desempeño es una gran desgracia, porque significa que la mayoría al votar, se equivocó de un modo grave. En la destitución por mal desempeño no evaluamos delitos: simplemente decimos que esa persona no es apta para ocupar el cargo más importante de nuestra República. SIGUE ABAJO
El problema es que la ineptitud de un primer magistrado de la República se nota demasiado, y lo que ponemos en riesgo por sostener a un inepto, es demasiado valioso. Si un empleado municipal jardinero tiene a su cargo el cuidado de una plaza, su ineptitud podrá en el peor de los casos, convertir ese espacio verde en un desierto. SIGUE ABAJO
Si es un piloto de un avión de pasajeros, las consecuencias de su ineptitud son muchísimo más serias. Y si comparamos nuestra Argentina con un avión en el que vamos los 45 millones de habitantes, lo que está en juego no admite ineptos. Porque si bien el Presidente no es el único que pilotea, en un sistema hiperpresidencialista hay muchos bienes valiosos que dependen de su prudente cuidado, sensatez y buenos reflejos. De su sangre fría a veces, y de su cálida sensibilidad humana ante el dolor del que sufre, en otros casos. De su fino olfato geopolítico, y de un delicado sentido común aplicado a situaciones nuevas que surgen a diario. Y de su capacidad de hacer docencia con sus palabras y actos. Porque muchos dirán que es normal lo que al Presidente le parezca normal. Porque muchos comprenderán que otras situaciones son inadmisibles, porque así de enfático lo dijo el Presidente: Inadmisible. SIGUE ABAJO
Recuerdo el énfasis docente de Raúl Alfonsín en materia de aberraciones contra los derechos humanos o golpes de estado que quiebran el orden democrático: Nunca más. La bandera celeste y blanca y el Himno son más que una tela y una canción: nos representan a todos los argentinos actuales, y a los argentinos del pasado que dieron su vida para construir un país (famosos como Belgrano o anónimos como nuestros padres y abuelos ya fallecidos). SIGUE ABAJO
Y el sillón de Rivadavia también nos representa a todos. Por eso respetamos la “investidura presidencial”. Porque el sillón de Presidente excede en importancia y simbolismo a sus ocupantes circunstanciales. Cada ciudadano que lo ocupe debe ser el más respetuoso de su propia investidura presidencial, por lo que ese sillón, ese cargo significa. Por eso rechazamos a los usurpadores de facto, porque cuando un dictador autoriza que se arroje a sus opositores políticos desde aviones en el Atlántico, el mundo entiende que así es como la Argentina resuelve sus discrepancias políticas, y nos ensucia a todos. SIGUE ABAJO
Por eso a cada Presidente le exigimos prudencia, ponderación al decidir e incluso al elegir sus colaboradores, al discernir sus propias palabras y tonos, porque lo que está en juego es la fe de todo un pueblo, en la respetabilidad y corrección de las instituciones de la República. Porque no podemos permitir que “la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced” de un inepto, existe el mecanismo constitucional de la destitución por mal desempeño. Justamente por respeto a la investidura presidencial, que emana del cargo y su simbolismo, no de la persona que lo ocupa.
Rodolfo Lemos Angulo
Impecable como siempre el abogado RODOLFO LEMOS !!!! SHAPOOOO !!!!