Duolingo y nuestra Argentina

OPINIÓN – POR RODOLFO LEMOS

El Rey no podía ver el camino y se perdió. El Rey supo que estaba perdido. La Reina enfermó de odio. El Rey debía cruzar el río de aguas profundas. El castillo estaba en algún lugar de la montaña. ¿Pero dónde? El país estaba cada día más hambriento, frustrado y enojado con el Rey. SIGUE ABAJO

Hace un tiempo me tocó hacer una lección de inglés en Duolingo (para hablar sin problemas con mi nuera rusa), y las oraciones propuestas en una lección con cuentito generaban ecos obvios en mi mente. SIGUE ABAJO

Qué parecido asombroso con nuestra Argentina. ¿Qué puede decirse hoy? Las reflexiones posibles son muchas. En un duelo verbal entre Alberto y Cristina, gana Cristina 100 a cero. Los discursos de Alberto son superficiales, volubles, genéricos. Los discursos de Cristina son precisos como un láser y muestran un contenido intelectual que los hacen dignos de un análisis. SIGUE ABAJO

El problema es que una oratoria bella y con contenido discursivo puede estar al servicio de malos propósitos, que no se exponen. Una agenda oculta. En mi opinión, Cristina busca: 1) la solución de sus causas judiciales, 2) garantizar su fortuna, 3) un régimen de gobierno autocrático (no republicano), 4) estar al mando de modo real y formal, y por muchos años, y 5) el crecimiento de Argentina. En ese orden de prioridades. Y no desde 2023 sino desde ahora. SIGUE ABAJO

Como Perón en su momento, Cristina va eligiendo a sus colaboradores con estos dos criterios: los más brillantes e independientes quedan en el camino, los más leales y no tan inteligentes, son mantenidos y cuidados. El problema es que la mayoría de nuestro pueblo compró productos fallidos en 2015 y en 2019: Macri “estadista” y Alberto criterioso y moderado. En ambos casos eran papel pintado, y quedó claro que el mayor festejo al que aspiraron fue a terminar su mandato de cuatro años. Macri se llevó la medalla: es el único presidente no peronista que terminó su mandato, desde 1983. Alberto quiere ganarle a Cámpora o a Frondizi, dos presidentes que llegaron al poder con votos ajenos. Frondizi un estadista gigantesco, pero maniobrero al extremo: me quedo con sus contemporáneos Illia o Balbín, menos brillantes pero más sinceros en sus convicciones y rectos en sus procederes. SIGUE ABAJO

¿Qué hubiese pasado con Cámpora, a quien Perón le prestó sus votos, si se negaba a devolver el sillón? Hoy vemos algo así con Alberto. Porque en el cerebro de Cristina, ella reclama lo que le pertenece. La cantidad de horas de análisis que diariamente tiene un cerebro puede ser gastada en pensar cómo desarrollar a la Argentina, alimentar a los hambrientos, redactar un discurso, o gastar esas horas en ver cómo gano una partida de ajedrez en la pelea Presidente – Vicepresidente. Y si la lucha es intensa, el cerebro queda agotado, seco de ideas, y es imposible que se les caiga una propuesta creativa porque toda la creatividad ya fue gastada en un motivo banal para todos, menos para los dos protagonistas. ¿Pronóstico? El cambio de ministro me recuerda la designación de Pugliese en Economía, hacia el final del mandato de Alfonsín. Y de paso: sin dudas Alfonsín no pensó mucho en la economía, quizás porque gastó sus neuronas en los juicios a las juntas y en salvar la democracia naciente, contemporizando, motivos un poquito más importantes (y más disculpables). SIGUE ABAJO

Hoy tenemos un golpe de estado en cuotas. En 1987 nuestra gente salió a la calle a defender la democracia ante imposiciones al Presidente. Claro que los recuerdos de la dictadura eran cercanos y la democracia recién nacida mantenía los encantos del enamoramiento.
Hoy el problema de nuestro pueblo dormido es que el recuerdo del autoritarismo es lejano (asusta menos) y se perdió el enamoramiento con la democracia. La distinción dictadura – democracia se viene haciendo más borrosa y la indiferencia apática de la desilusión, nos mantiene en un letargo horrible. Votando sin pensar demasiado.
En este contexto, como siempre les recuerdo, el primer tema a resolver es que la inicua ley del aborto de diciembre de 2020 debe ser derogada.

Rodolfo Lemos Angulo

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