Deuda: repudio, quita o legitimación
Opinión – Por el abogado Rodolfo Lemos
Viernes 25 de Marzo de 2022. El Presidente se equivoca, niega la realidad cuando dice que las diferencias en su coalición son sólo meras críticas a su estilo.
Miremos el tema deuda. Hacia 1976 la deuda Argentina era aún manejable, pequeña. Pero ya en 1983, al llegar la democracia, la deuda (multiplicada) era un tema muy importante para la economía Argentina. SIGUE ABAJO
La criminal dictadura nos dejó una pesada deuda. A pesar de que la teoría de la continuidad de los estados (como deudor o acreedor) indica que no puede alegarse un cambio de régimen para desconocer compromisos, quizás en 1983 era más factible que nunca, plantear el desconocimiento de la deuda contraída por la dictadura. SIGUE ABAJO
Se le prestó dinero a un usurpador del poder y a sabiendas de que no estaba vigente la Constitución. Luego le cuelgan la obligación de devolver, como una pesada mochila en la espalda, a toda la Argentina. SIGUE ABAJO
Alfonsín eligió convalidar la deuda y pagar. Oportunidad perdida. Pasado el estallido de 2001, la deuda vuelve al escenario, con default aplaudido. Pero siendo Alfonsín, Menem y De la Rúa representantes legítimos del pueblo que convalidaron la deuda, no era tan factible plantear un repudio. SIGUE ABAJO
Néstor Kirchner plantea en 2003 una renegociación con quita del 75%, ampliamente exitosa, ante la situación de colapso de la economía argentina. Es evidente que una quita del 75% sólo puede pedirse una vez (sería demasiado fácil pedir 100 y devolver 25 una, otra y otra vez). SIGUE ABAJO
Cuando Macri acude al FMI pidiendo un salvataje, recibe 44 mil millones de dólares, impagables.
Durante la campaña electoral, Alberto realiza acusaciones durísimas al FMI de pagar la campaña de reelección más cara del mundo, para favorecer a Macri. Pagar la campaña de Macri con 44 mil millones de dólares y colgar la pesada mochila luego, en la espalda de todos los argentinos. SIGUE ABAJO
Un planteo así, de ser probado, agregando que la deuda no fue aprobada por el Congreso, era coherente con un repudio total de una deuda, porque las estafas no se pagan, o coherente con exigir una quita similar al 75% planteado por Néstor en 2003. SIGUE ABAJO
La tercera opción fue la que vemos hoy: el FMI, mostrándose equidistante de ambos partidos políticos, ahora prestó otros 46 mil millones de dólares a Alberto (para pagar lo anterior), y esta vez casi sin exigir un plan económico. Nadie podrá decir de nuevo que el FMI apoyó “a la derecha” y no “a la izquierda”: ahora el FMI le dio en 2018 a Macri y en 2022 a Alberto Fernández, casi el mismo monto enorme de préstamo. SIGUE ABAJO
El problema es que el planteo de la coalición de Alberto estaba dirigido a un repudio total de la deuda del 2018 o a una quita del 75%, como la de Néstor en 2003.
Alberto legitimó la deuda, sin quita, con nuevos plazos y con el aval en el Congreso. El que parecía un durísimo negociador, al final se desdibujó. Es evidente que pagar o no pagar 44 mil millones de dólares no son meras diferencias de estilos, entre Alberto y Cristina. SIGUE ABAJO
Lo que Alberto presenta como un triunfo, luego de dos años de negociación, no se parece en nada a un repudio total (como el que Alfonsín pudo quizás plantear en 1983) ni a una quita del 75% como la de Néstor en 2003. Caer en la negación de decir “pensamos todos lo mismo”, no lo ayuda a Alberto.
Y como siempre les recuerdo, la inicua ley del aborto de diciembre de 2020, debe ser derogada.
Rodolfo Lemos Angulo