Argentina y la economía política
FOTO: DAVID RICARDO


Por Carlos Esnaola
“La única disciplina económica es la economía política, porque tiene en cuenta la interacción de los seres que habitan el mundo o un país (la polis), lo demás son solo matrices de tecnócratas”
“El dinero no es riqueza, sino una expresión de la misma”
“El valor de un artículo, o sea la cantidad de cualquier otro artículo por la cual puede cambiarse, depende de la cantidad relativa de trabajo que se necesita para su producción, y no de la mayor o menor compensación que se paga por dicho trabajo”.
David Ricardo.
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Cuando en la evolución de la historia económica de los pueblos las transacciones de bienes comenzaron a complejizarse, naturalmente aparece la necesidad de crear una unidad de medida en la que pueda expresarse el valor de cada bien, eso es el dinero y no otra cosa. SIGUE ABAJO

Así, para trocar carneros por quintales de trigo, se lleva el costo de los carneros y del trigo a un valor en moneda y así como unidad de medida, puede determinarse cuantos carneros hay que entregar para recibir un quintal de trigo pero en la unidad de medida dinero. SIGUE ABAJO

Es decir, se utiliza el dinero como equivalente universal de la mercancía.
Sin duda estamos hablando de la aparición del dinero, cuya única función real es facilitar las transacciones de mercancías y servicios, es decir expresar en una unidad de medida (dinero) el valor de la riqueza producida, que son los bienes materiales y hoy también los servicios. SIGUE ABAJO

Los anteriores renglones son necesarios y suficientes para comprender una verdad de Perogrullo, a saber: Sin una base real expresada en la producción de bienes y servicios, el dinero no tiene sentido de existir.
Hoy frente a esta realidad tumultuosa de los mercados, hablando únicamente de las pizarras con el valor en aumento del tipo de cambio en relación al dólar estadounidense, es decir, de la depreciación de la moneda local, es como si solo se hiciere mención al infarto sin tener en cuenta sus orígenes y causas, sin mencionar las medidas necesarias para evitarlos. SIGUE ABAJO

Desde que el capital financiero internacional se cargó la conducción de esta etapa de desarrollo del capitalismo, ha instalado lamentablemente con mucho éxito, la idea generalizada de que el dinero puede producir riqueza en sí mismo. De allí el surgimiento de una cantidad innumerable de grandes ficciones (como lo es el dinero mismo y las religiones, solo para poner los ejemplos más significativos) tales como las criptomonedas y demás paparruchadas que sin dudar solo aprovechan los vivillos que manejan grandes cantidades de divisas y cuentan con la información necesaria para retirarse de un día para otro y “fabricar” diferencias monstruosas, aunque también sujetas a la aparición de la próxima burbuja para que las grandes corporaciones financieras sean rescatadas por el estado y se queden con todo (Casos: crisis de EEUU y España en 2008). SIGUE ABAJO

En mi caso siempre hago un parangón entre la película El Padrino de Coppola y la repetición de estas escenas en la política económica de Argentina, diciendo que la hemos visto más de 10 veces.
Es de libros, cuando las políticas económicas lanzadas desde el Estado se basan en la ficción del sistema monetario para detener la inflación sin tener en cuenta la producción real de riquezas, las especulaciones financieras llevan a las inevitables y conocidas consecuencias, a saber:

- “Secar” el mercado interno restringiendo el consumo con aumento de las tasas de interés.
- Disminuir el déficit fiscal ajustando por abajo y creando un círculo vicioso (reducción de salarios, jubilaciones, eliminación de subsidios a sectores marginales, ajuste de tarifas a los servicios, quitar presupuesto a la salud la educación y la investigación científica).
- La inseguridad jurídico/económica, sumadas a factores externos no manejables, llevan a las “corridas” hacia el dólar estadounidense, tanto a los especuladores financieros (la conocida bicicleta financiera) como a los ciudadanos para proteger sus ahorros.
- Las “corridas”, a las ventas de reservas por parte del BCRA, las que extraen circulante de pesos destinados al consumo interno y derivan en recesión, desocupación, conflictos sociales y en muchas oportunidades caída de la institucionalidad.
Por ello alguien alguna vez acertadamente dijo: “en los cementerios no hay inflación”.
Esto solo para mencionar las principales causas y haciendo una simplificación del sistema a efectos de poder comprenderlo más fácilmente.
Es decir que cuando todo el esquema se basa únicamente en el sistema monetario y además el mismo se sostiene con endeudamiento externo tomado a tasas para “países emergentes”, la caída inevitablemente aparece por estrangulamiento del sector externo, ya sea por agotarse la posibilidad de endeudamiento o por no poder cumplir con el pago de los servicios (intereses) o por ambas a la vez.
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CONSECUENCIAS: imposibilidad de hacer frente a la ficción de haber vendido dólares y/o letras del tesoro que fueron a las cuentas de ahorro en los bancos (luego el corralito) o a los especuladores de corto plazo que toman ganancias en pesos, convierten a dólares y se los llevan al exterior. Y todo esto con la economía en recesión sujeta a altas tasas de desocupación y pobreza. SIGUE ABAJO

En definitiva, hay que apelar a LA ECONOMIA REAL: es decir, poner en marcha la economía real de producción con incentivos al consumo interno, incentivar la obra pública y privada (sin corrupción) como gran motor de la economía por la absorción de mano de obra, dinamizando los sectores de hierro, cemento y demás.
Luego con la economía en marcha y seguridad jurídica, seguramente podrán venir inversiones productivas internas y externas.
La política monetaria solo debería ocuparse de regular estrictamente las fugas de divisas al exterior y de la emisión de moneda basada en la producción real para no generar inflación.
Por último, nunca más endeudamiento con el FMI cuyo destino sea sacar divisas para un pequeño grupo vinculado al poder del Estado.
Carlos Esnaola
Mayo de 2023
Muy cierto