«Me manoseó», contó una mujer que fue abordada por un sujeto en el Paseo del Lauti a la luz del día

Foto: Diálogo que la mujer mantuvo con Defensa Civil momentos después de haber sufrido un ataque sexual en el Paseo del Lauti, a plena luz del día

Una mujer riotercerense, de 34 años, sufrió un ataque sexual en el conocido Paseo del Lauti, en barrio Cerino, un trayecto muy transitado por caminantes, corredores y ciclistas de la ciudad.

El hecho se produjo en un día y horario llamativos: sábado a las 9 de la mañana, cuando no son pocos los que utilizan ese paseo para realizar alguna actividad física.
Fueron dos las mujeres que contaron a Diario Río Tercero el horrible momento que pasaron.

La primera, de unos 40 años, relató que caminaba por la senda del Paseo del Lauti, hacia el puente negro, cuando observó que un hombre encapuchado comenzó a caminar en su mismo sentido, delante de ella.

Al sentir miedo, salió de la senda y lo pasó por la calle. De regreso, el hombre también lo hizo y detrás de ella comenzó a silbarle y decirle cosas. En la zona del gimnasio a cielo abierto, el sujeto se metió a barrio Cerino. La mujer llegó desesperada a su casa y con temor. Eran las 8.30 del sábado y hasta ese entonces nunca había tenido una experiencia tan desagradable pese a transitar con frecuencia por ese lugar.

Casi a la misma hora, otra mujer de 34 años salió a correr por la senda del Paseo del Lauti. En un momento observó a un hombre, encapuchado, masturbándose. Continuó corriendo y a unos 100 metros frenó para dar aviso a la policía. No fue atendida. Caminó unos metros e insistió, siempre atenta a que el hombre no se le acercara. En el segundo llamado, sin poder advertirlo, fue abordada de atrás por este sujeto. «Me manoseó, y forcejeamos hasta que me soltó; no llegó a tirarme al suelo», contó la mujer a Diario Río Tercero. «Yo grité, pedí ayuda y (el atacante) se metió al barrio», contó aún conmocionada.

Una médica de un centro de hemodiálisis salió a contenerla. Ya sin esperanzas de que la policía respondiera a su llamado al 101, llamó a Defensa Civil, al 103. Allí la atendieron y le dijeron que enseguida llegaría un vehículo de la Guardia Urbana y así sucedió. Ella estaba, desesperada y asustada, en José Ingenieros y Blas Parera.

La joven contó que la policía nunca llegó al lugar y eso también la afectó como el ataque que sufrió. «No me sentí defendida, no me sentí contenida», dijo.

«Me volví caminando sola a mi casa sin poder parar de llorar».
El relato de ambas mujeres fue coincidente respecto a la descripción del atacante. Una persona joven, de estatura normal, con ropa oscura, tal vez un buzo negro y capucha y pantalón vaquero.