Peronismo y dos sistemas cerrados
OPINIÓN – POR EL ABOGADO RODOLFO LEMOS ANGULO
El peronismo, a pesar de plantearse como partido originariamente anti marxista, toma del marxismo su sistema cerrado a refutaciones.
El marxismo (y nuestro peronismo) nos señala que si una persona pasa de neutral a adherente, se dice que “finalmente” el camarada ha logrado el “esclarecimiento” de su conciencia. Tanto el marxismo como el peronismo postulan que el estudio y profundización de sus planteos ideológicos lleva necesariamente a la adhesión. SIGUE ABAJO
En relación a que la ideología “llegue al corazón”, puede afirmarse que la siguiente etapa, abre paso al sentimiento. Porque el peronismo (más que el marxismo) se autodefine como “un sentimiento”. SIGUE ABAJO
¿Y qué ocurre cuando un marxista o un peronista dejan de serlo? Cuando un marxista o un peronista llega a la conclusión de que el sistema ideológico contienen falacias con gruesos errores, fácilmente refutables, el sistema cerrado tiene anticuerpos listos, y acusa al ex camarada de “traidor, vendido al oro del capitalismo”. No se admite honestidad intelectual en el bando de los ex marxistas o ex peronistas. Y jamás se discute ni dialoga: se lo descalifica con insultos, desprecios, silencios o acusaciones de codicia. SIGUE ABAJO
Marxismo y peronismo son sistemas intelectualmente cerrados a la crítica. Su carácter de sistema cerrado los hace parecidos a un sistema religioso, y esto en parte explica también, su visceralidad. Es casi una guerra de religión, no una discusión política. SIGUE ABAJO
Existe un segundo aspecto en el cual el peronismo (en su vertiente sindical especialmente) tiene una visión de “sistema cerrado”: la riqueza social es vista como una pizza de ocho porciones, y si el sector empleador capitalista toma cinco porciones, sólo le quedan tres al sector proletario, lo que debe denunciarse. Por lo tanto, cada crecimiento y avance para aumentar la cantidad de “pizza” de los proletarios, implica quitarle porciones de pizza al sector empresario. SIGUE ABAJO
La lógica consecuencia es que, como nadie regala lo que tiene, las “conquistas sociales” implican combate y lucha. Porque como el sistema es cerrado en su cantidad total de pizza, el aumento de un sector le disminuye su “pizza” al otro grupo. Y el forcejeo es eterno, nunca termina. Siempre el pulpo capitalista procurará manotear con su codicia, más porciones de pizza y siempre hay que luchar para que no te quiten lo tuyo, y para aumentar las “conquistas sociales” es decir las porciones, a costa del otro grupo. SIGUE ABAJO
Vemos que en este escenario, debe descartarse cualquier armonía social o colaboración entre distintas clases sociales. Son “ellos” o “nosotros”. El tiempo se mira como una eternidad de lucha y discordia. Sin embargo, los países capitalistas más exitosos, simplemente vienen trabajando para aumentar el tamaño de la pizza total, de modo que los aumentos en la calidad de vida de unos no son en detrimento de la calidad de vida de los otros. Fabrican más autos y casas, ropa y comida, de modo de que todos tienen lo suyo para una vida decorosa. SIGUE ABAJO
En un caso vemos un modelo social de continuo combate, depredador, extractivo, que genera envidias, resentimiento y crispación social continua. En el otro caso, hay un modelo de colaboración social, productor, creativo, que genera paz social. Y no es una mera teoría: nuestros inmigrantes de 1890, conocieron una argentina con un sistema social abierto y de colaboración, y sus hijos en muchos casos se convirtieron en propietarios de inmuebles rurales y en profesionales universitarios. El diálogo como herramienta de comprensión mutua, es imposible en los dos sistemas cerrados descriptos: a lo sumo se usa la palabra diálogo para describir un armisticio momentáneo por motivos tácticos, porque la normalidad es la discordia y la lucha. Es urgente comprender estas dos trampas de sistemas cerrados, para poder liberarnos, y construir una Argentina con paz social, y crecimiento colaborativo con inclusión social.
Rodolfo Lemos Angulo