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El 6 de agosto de 1890 renunciaba a la presidencia de la Nación el cordobés Miguel Juárez Celman

EFEMÉRIDE – POR JORGE ALACEVICH

El 6 de agosto de 1890 renunciaba a la presidencia de la Nación el cordobés Miguel Juárez Celman tras la llamada Revolución del Parque de ese año. En su lugar asumió el vicepresidente Carlos Pellegrini quien completó el mandato gubernativo hasta 1892.


Miguel Ángel Juárez Celman (Córdoba, Confederación Argentina, 29 de septiembre de 1844 – Arrecifes, República Argentina, 14 de abril de 1909) fue un abogado y político argentino.


Su carrera estuvo marcada por la influencia de su concuñado Julio Argentino Roca, que lo impulsó a la carrera legislativa. Fue un destacado impulsor de la separación de la Iglesia y el Estado y un liberal de corte aristocrático, fomentando la educación pública y la inmigración.


Décimo presidente de la Nación desde el 12 de octubre de 1886, impulsó generosamente la obra pública, pero fue incapaz de mantener la estabilidad económica y debió hacer frente a la formación de un poderoso frente opositor bajo el liderazgo de Leandro N. Alem, que daría origen a la Unión Cívica.


Luego del levantamiento en armas conocido como Revolución del Parque comandado por Alem, el expresidente Bartolomé Mitre y otros, y pese al éxito del gobierno en las armas, Juárez Celman debió dimitir y se retiró definitivamente de la vida política.


Hijo de José Marcos Juárez y Rosario Celman, nació y creció en Córdoba, donde estudió bajo los jesuitas en el Colegio Monserrat. Su hermano mayor era Marcos N. Juárez, quien también destacaría en la política provincial. Cursó estudios de leyes y se recibió de Abogado en 1869. El 24 de marzo de 1874 obtuvo su doctorado.


Pertenecía a una familia aristocrática e ingresó tempranamente a la actividad política. Fue elegido diputado al apenas doctorarse y desde el parlamento provincial encabezó el movimiento para la secularización de las instituciones educativas.
Dos años más tarde fue elegido al Senado, y en 1877 designado presidente del cuerpo. Ejerció sólo brevemente la función, pues la muerte del gobernador Clímaco de la Peña llevó al gobierno a Antonio del Viso, quien lo nombró Ministro de Gobierno. Ocuparía el cargo hasta el final del mandato del Viso.
Su actuación enérgica e informada le valió la postulación a la gobernación ese mismo año, y fue elegido por el Partido Autonomista Nacional, asumiendo el 17 de mayo de 1880.
El 17 de mayo de 1883 Juárez Celman entregó el mando provincial a su sucesor Gregorio Gavier, también autonomista, y rápidamente la Asamblea Legislativa lo designó senador de conformidad al Artículo 46 de la Constitución de 1853.
El 31 de julio se incorporó a la Cámara de Senadores de la Nación Argentina, donde continuó adoptando posiciones anticlericales, ya exhibidas durante su etapa de gobernador.
Julio A. Roca, impulsado por el deseo de volver a ocupar el sillón de Rivadavia y creído en la amistad y lealtad probadas de Juárez, su concuñado, favoreció la candidatura del cordobés para la sucesión presidencial.
Juárez Celman se presentó a las elecciones presidenciales del 11 de abril de 1886, en las que obtuvo el triunfo, no sin acusaciones de fraude electoral (una práctica por lo demás frecuente por parte del PAN). Lo acompañó en la fórmula Carlos Pellegrini, exministro de Guerra de Roca, que había abogado por su candidatura desde las páginas del diario Sud América.
Juárez Celman promovió la obra pública, en especial en Buenos Aires, con la intención de asemejarla a las capitales europeas que tomaba como referencia. Ordenó la construcción de edificios de gobierno como el Correo Central (terminado recién en 1928), del Teatro Colón, de numerosas escuelas y de infraestructura sanitaria, la reforma del puerto de Buenos Aires de acuerdo al proyecto de Eduardo Madero, y el inicio de las obras del Dique San Roque, a cargo de Bialet Massé, parte fundamental del Proyecto del Sistema de Riego de los Altos de la Ciudad de Córdoba.
La llamada Revolución del Parque, estallada el 26 de julio de 1890, permitió a los líderes rebeldes controlar gran parte de la ciudad de Buenos Aires durante tres días. Pese a la superioridad de las posiciones de los rebeldes, los líderes militares del movimiento desoyeron la exigencia de los líderes civiles, y no tomaron el control del centro de la ciudad. La respuesta del Ejército leal los obligó a capitular el día 29 ante las fuerzas del general Nicolás Levalle.
Juárez Celman había abandonado la capital, obligado por Roca y Carlos Pellegrini, y regresó después del final de la Revolución. Pero, excepto por unos cuantos diputados y ministros leales, no contaba ya con apoyo alguno: Roca y Pellegrini le negaron su apoyo, la prensa continuó fustigándolo, y la situación económica se agravaba cada vez más rápidamente.
El día 6 de agosto presentó su renuncia, que le fue aceptada de inmediato por el Congreso, y asumió la presidencia Carlos Pellegrini. Fue así el primer presidente en no completar su mandato después de 29 años, y solo seis presidentes lo consiguieron en el siglo posterior a su presidencia.

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