En 1857 se fundaba San José de la Dormida, localidad a la que irónicamente no la favoreció la llegada de los durmientes
EFEMÉRIDES – POR JORGE ALACEVICH

El 4 de marzo de 1857 se fundaba la localidad de San José de la Dormida, en el departamento Tulumba, al norte de la provincia de Córdoba.
Designada con el nombre de su santo patrono, fue uno de los puntos principales del Camino Real al Alto Perú.

Esta región del norte cordobés estuvo anteriormente habitada por los pueblos originarios sanavirones, como evidencian los morteros de más de 1000 años de antigüedad que aún hoy se pueden observar en la Dormida.

Más tarde, en tiempos del Virreinato del Río de la Plata, la zona que los originarios llamaban Chipitín (hombre del río) se convirtió en un lugar de descanso y aprovisionamiento de los viajeros que transitaban el antiguo Camino Real; apareciendo La Dormida del Alto, en el Camino Real del Bajo.

Posteriormente, los inmigrantes que llegaban desde Europa con la intención de afincarse en nuevas tierras, se instalaron en la región, y a la vera del camino real fueron levantando sus estancias y formando sus familias.

La Dormida, que en 1857 obtuvo el título de Villa y se le agregó el nombre de San José en honor al santo patrono de la comunidad, tuvo su período de mayor esplendor en las primeras épocas del siglo XX, cuando se construyó su centro cultural y social y comenzaron a funcionar las casas de comercio.
Más tarde, con la construcción del ferrocarril, la localidad, a diferencia de las otras, se vio seriamente afectada en su población, debido a que los pobladores se subían a los trenes para buscar fortuna en otras localidades más grandes.
